El nuevo episodio tóxico detectado en las rías gallegas mantiene cerrados seis de cada diez polígonos bateeiros dedicados a la producción de mejillón, mientras que en lo referido a producción de ostra puede decirse que hay dos inoperativos y otros dos disponibles.

Respecto a las bateas mejilloneras hay que decir que las rías de Arousa y Vigo están prácticamente al 50% de su capacidad, ya que en la arousana hay ahora mismo una docena de polígonos cerrados y otros tantos aún disponibles, mientras que la viguesa tiene seis inoperativos y una cantidad idéntica de polígonos aptos para la extracción.

Mucho peor están las cosas en la ría de Pontevedra, como por otra parte suele ser habitual. Dispone de ocho polígonos mejilloneros y todos ellos están temporalmente clausurados a causa de la presencia de altos niveles de toxinas lipofílicas.

La misma suerte corre la ría de Muros-Noia, ya que dispone de cuatro polígonos y sin embargo no tiene actualmente ni una sola batea abierta.

El fitoplancton portador de biotoxinas también ha provocado el cierre de un polígono en la ría de Ares-Betanzos, el Sada 1, mientras que el Sada 2 continúa abierto.

En cualquier caso hay que recordar que el sector bateeiro ha gozado de unos meses francamente positivos que propiciaron un ritmo de descargas frenético, de ahí que muchas de las bateas ahora cerradas ni siquiera tengan mejillón comercial en sus cuerdas, por lo que este episodio constituye un trastorno menor para los productores.

Infaunales

En cuanto a los bancos de infaunales -almeja, berberecho, navaja y especies de bivalvos similares-, puede decirse que en la actualidad están cerradas las zonas productoras de Viveiro-Celeiro, una de las dos existentes en Corcubión, las tres de la ría de Muros-Noia y una de las siete zonas delimitadas en la ría de Arousa, al igual que se prohibe mariscar en uno de los cinco espacios acotados en Pontevedra y en tres de los seis existentes en la ría de Vigo.