El concejal del BNG de A Illa, Carlos Otero, fue denunciado por su expareja por un presunto delito de violencia de género. Esto motivó que el viernes fuese detenido por la Guardia Civil, y que permaneciese en dependencias policiales hasta la mañana del sábado, momento en el que pasó a disposición judicial, quedando en libertad con cargos. El edil afirma que en ningún momento agredió a su excompañera, y que lo único que hizo fue agarrarla por los brazos en un momento de fuerte discusión en el que, según su relato, la mujer le había propinado varios manotazos y le amenazaba con golpearlo con un paraguas.

Carlos Otero difundió a media mañana de ayer un escrito en el que afirma que con su denuncia, su expareja "lo único que consiguió fue hacerme pasar la peor y más humillante experiencia de mi vida, de un modo absolutamente injusto e innecesario". También apunta que se puso a disposición de la dirección del Bloque Nacionalista Galego. En este sentido, el portavoz comarcal de la formación, Manuel Domínguez, explicó que tras escuchar la versión de Otero y de estudiar el auto judicial, el BNG consideró que no hay indicios claros de que existiese en efecto un delito de violencia de género, por lo que han ratificado su confianza en él.

Carlos Miguel Chaves Otero, de 48 años, es bateeiro y está al frente del BNG de A Illa desde hace una década. Es una persona muy conocida en la localidad no solo por su actividad política, pues también es profesor de ajedrez en la activa asociación Dorna. Tras pasar a disposición judicial el sábado por la mañana, quedó en libertad con cargos, a la espera de la decisión de la juez de instrucción y del fiscal sobre los siguientes pasos a dar, pues el mismo sábado también declaró la denunciante. Lo que sí se decidió en la comparecencia fue que no se impondría fianza alguna al concejal. Tampoco se le ha impuesto orden de alejamiento, como pidió la mujer el sábado ante la juez.

Custodia del hijo

Carlos Otero y su expareja están inmersos en un proceso civil por la custodia compartida de un hijo. Según el edil, la motivación de la denuncia podría ser influir en ese procedimiento judicial. En el escrito que remitió ayer, Chaves Otero señala que la versión que dio la mujer es que la discusión fue el jueves por las visitas del hijo durante el pasado fin de semana, en el que el edil cumplía 48 años.

Según Otero, la mujer declaró ante la Guardia Civil y en sede judicial que amenazó al hombre con un paraguas y que le propinó dos bofetadas, hecho por el cual supuestamente Otero la agarró por los brazos, causándole" dolor y unos hematomas". El concejal matiza que "la realidad es que después de amenazarme con clavarme un paraguas, empezó a darme repetidos golpes con las dos manos, motivo por el que la agarré por los brazos para que dejase de golpearme".

En su relato, Carlos Otero afirma que fueron a detenerle a su casa el viernes a las 15.30 horas. Lo hizo una pareja mixta de la Guardia Civil y le condujeron al cuartel de Vilagarcía. Afirma el edil que al llegar al puesto, tanto los agentes que le esperaban en el mismo como los que le habían detenido "estaban de acuerdo en que yo debía irme para mi casa después de prestar declaración, pero los protocolos de la Ley de Violencia de Género obligan a que el denunciado quede en prisión hasta que sea presentado en el juzgado".

Afirma también que como en la denuncia policial no había solicitada una orden de alejamiento, el proceso judicial era ordinario, con lo que al parecer tendría que permanecer detenido hasta el lunes por la mañana. Sin embargo, señala que "la Guardia Civil llamó al juzgado para interceder por mí", lo que posibilitó que su puesta a disposición judicial se produjese ya el sábado.

Así, fue trasladado al cuartel de Pontevedra, donde permaneció entre las 19.00 horas del viernes y las 11.00 del día siguiente, momento en el que fue recogido por otra unidad de la Guardia Civil para trasladarle a los juzgados de Vilagarcía.

Chaves Otero defiende en todo momento su inocencia. "Tanto los seis guardias civiles que llevaron a cabo las diligencias (una de ellas mujer), como varias abogadas con las que tuve oportunidad de hablar en el juzgado, coincidían en que no había de ningún modo un delito de violencia de género, y que por lo tanto no había pie a que se presentase una denuncia en mi contra". "Considero absolutamente claro que el único delito del que soy culpable es el de defenderme ante una agresión de la denunciante, para evitar que siguiese golpeándome con violencia, como estaba haciendo", añade.

Carlos Otero considera que denuncias como la de su expareja "hacen mucho daño a la lucha diaria que las fuerzas de seguridad hacen para defender a las verdaderas víctimas de la violencia de género". "Castigan con ir días a prisión a gente que, como yo, somos absolutamente inocentes, perjudican seriamente a las propias víctimas, y en este caso a un menor que no tiene ninguna culpa de los problemas que sus progenitores están creando".

Mientras tanto, una familiar de la denunciante apuntó ayer a FARO que ésta no desea realizar declaraciones públicas en estos momentos.