La profunda reestructuración financiera en España desde el inicio de la crisis económica motivó el cierre de 25 oficinas bancarias en toda la comarca de O Salnés, sin duda una de las más afectadas por este proceso. Los municipios salinienses sumaban en 2008 un total de 75 sucursales de entidades de crédito, tanto bancos como las antiguas cajas de ahorro. Ese fue el momento en el que el sector alcanzó sus máximos históricos en cuanto a número de oficinas. Según los datos que acaba de actualizar el Banco de España, a 31 de diciembre de 2015 las sucursales en la comarca se habían reducido a 50, lo que supone un 33,3% menos que hace ocho años.

En la capital de Arousa, Vilagarcía, es donde se dejó notar con mayor virulencia la reforma financiera con doce oficinas menos, pasando de treinta en 2008 a dieciocho a finales de 2015. La merma fue en este caso del 40%, superando de forma bastante holgada la media de la comarca. La mayoría de cierres de sucursales en Vilagarcía se produjo entre los años 2009 y 2012, cuando el número de oficinas abiertas ya se había reducido a 21. Y la tendencia continúa, porque la próxima en echar el cierre será la del Banco Popular en la calle Arapiles, como ya anunció la dirección de la entidad a los sindicatos en las negociaciones de un ERE que afectará a unos 2.894 trabajadores.

Otras localidades

En A Illa de Arousa fueron cuatro las sucursales que cerraron en este período de tiempo, menos en cantidad, pero más en proporción, ya que representan más del 66% de las que había abiertas en 2008, que eran seis, según las estadísticas del Banco de España. En el resto de localidades de O Salnés el descenso del número de oficinas fue más moderado que en Vilagarcía y A Illa. En O Grove los cierres representan el 30% del total de sucursales que había en la localidad en la época de esplendor del sistema financiero. Eran 10 los locales de bancos y cajas en 2008, pasando a contabilizarse ahora siete.

Cambados perdió el 25% de las oficinas que tenían actividad en 2008. En este ejercicio las sucursales que las distintas entidades financieras tenían en la villa del albariño ascendían a 12, de las que tres echaron el cierre para quedarse en 9. Los municipios de Vilanova de Arousa y Ribadumia también tienen hoy menos oficinas que hace ocho años. En concreto, en territorio vilanovés pasaron de 7 a 5 y en Ribadumia de 4 a 3. Meis y Meaño son las dos únicas localidades de la comarca en la que no se registró variación alguna con respecto al punto crítico de 2008, si bien hay que decir que la presencia de entidades en ambas villas ya era escasa en aquel entonces. En Meaño hay cuatro sucursales abiertas y en Meis dos.

Por lo que respecta a la zona del Ullán, el cómputo total de 9 oficinas se mantuvo invariable desde 2008 hasta la actualidad, si bien si se produjeron cambios en su emplazamiento. Catoira perdió una sucursal, pero la ganó Valga tal y como reflejan los datos suministrados por el Banco de España al Instituto Galego de Estatística. Pontecesures, Catoira y Valga empatan en número de sucursales bancarias abiertas. Son tres en cada localidad, mientras que en 2008 se distribuían de la siguiente forma: dos en la villa valguesa, tres en la cesureña y cuatro en Catoira.