El control de la pesca ilegal de centollo es solo una parte de la intensa actividad que debe desplegar el servicio de vigilancia de las aguas gallegas, el mismo que hasta el 31 de agosto había realizado más de 9.000 inspecciones de las que surgieron 2.430 actas de infracción.

En esa primera parte del año los funcionarios de Gardacostas de Galicia se incautaron de casi 16.000 útiles y aparejos, al tiempo que decomisaron 50 toneladas de producto ilegalmente obtenido.

Tanto el trabajo realizado ya como el que queda por afrontar en lo que resta de año implican en Gardacostas de Galicia a 63 vehículos por tierra, mientras que por mar intervienen embarcaciones itinerantes como la "Sebastián de O Campo", la "Paio Gómez Chariño", "Irmáns García Nodal" y "Valentín Paz Andrade", junto a una veintena de 19 naves más repartidas entre las diferentes unidades operativas distribuidas por Galicia, las más activas situadas en la ría de Arousa, y más concretamente en Vilaxoán (Vilagarcía) y Ribeira.

A todo esto conviene que añadir, lógicamente, el papel que se realiza desde el aire a través de los helicópteros Pesca 1 y Pesca 2.