Faro de Vigo

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Un faro que se mantiene vivo

Las instalaciones de Punta Cabalo cumplen 163 años guiando la navegación de la ría

El faro de Punta Cabalo comenzó a funcionar un 19 de octubre de 1853. // Noé Parga

Tal día como hoy, pero en 1853, los focos del faro de Punta Cabalo en A Illa iluminaban la ría de Arousa para convertirse en uno de los grandes referentes lumínicos de la navegación en el interior de este gran mar que separa O Salnés de Barbanza. El faro todavía hoy se encuentra activo, alertando de la peligrosidad de los fondos que le rodean a las embarcaciones de mayor porte, emitiendo un destello que alcanza las 13,5 millas de distancia.

Aunque en su origen había dos "torreiros" que se encargaban de alimentar el faro para su funcionamiento, hace años que funciona de manera automática, destinándose la que fue casa de los responsables a un establecimiento hostelero que goza de una de las mejores vistas de la ría de Arousa desde hace más de una década.

La torre desde la que se ilumina a gran parte de la ría es de carácter octogonal, realizada en sillería gris y adosada a una casona blanca con cubierta de teja a cuatro aguas.

Aunque sus destellos comenzaron el 19 de octubre de 1853, el historiador local, Xoán Dopico, tiene localizadas varias referencias a que en esa zona del litoral isleño existían, al menos desde el siglo XV, indicaciones lumínicas para evitar los accidentes marítimos, motivo por el cual se acabaría instalando el Faro en ese punto. Evidentemente, poco o nada tenía que ver con la obra que puso en marcha el ingeniero Celedonio de Uribe, encargado de dirigir la actuación durante todo 1852. Sufriría varias reformas, pero la definitiva se acometería en abril de 1924, cuando se instaló el destellador AGA, que daba cuatro destellos cada ocho segundos, con un alcance de 13,5 millas. En los años 80 del pasado siglo se volvió a actualizar, con la instalación de una óptica acrílica de 305 milímetros, la cual, todavía permanece.

El faro también ha sido objeto de muchas anécdotas a lo largo del tiempo. Una de ellas es la de no ser considerado Faro por la Administración de Loterías y Apuestas del Estado. Esta entidad lanzó, entre los años 2006 y 2009, una serie de boletos con la imagen de todos los faros de España. El Concello, al ver que no se encontraba entre los elegidos el de A Illa, llegó a elevar una protesta a la administración, encontrándose con la sorpresa de que esta no lo consideraba un faro al no alcanzar un determinado número de millas de distancia. Esa distancia resulta imposible para el faro de Punta Cabalo por no estar situado en la costa, sino en una zona interior.

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