Hubo un tiempo en el que los molinos de agua de Currás, en Vilanova de Arousa, eran un referente económico y de actividad. Sin embargo, las edificaciones, que hoy se encuentran en ruinas y van a ser rehabilitadas por el Obradoiro de Emprego de la Mancomunidade, iniciaron un lento, pero inexorable declive que les acabó llevando a convertirse en un grupo de piedras viejas a merced de los temporales.

Precisamente un temporal, el que azotó la comarca de O Salnés y provocó inundaciones en Vilagarcía, fue el que despertó el interés por estos molinos. Jesús Martínez Vales, un vecino de Currás que creció viendo ese inexorable declive, decidió dar un paso al frente y comenzar otro lento camino para reclamar la rehabilitación de las edificaciones y de todo el entorno que las rodea, uno de los espacios más atractivos de Vilanova. Aunque el proyecto del Obradoiro de Emprego solo afecta a dos molinos, Martínez Vales recuerda que en esa zona se encuentran tres molinos "y un puente, que fue el que más sufrió en aquellas inundaciones y cuya recuperación no ha sido precisamente la más adecuada, simplemente se hizo un parche para que pudiesen pasar vehículos". Poco después de la riada que provocó el temporal, comenzó una investigación, que se acabaría convirtiendo en un vídeo, sobre el patrimonio de molinos de agua que existe en ese río, descubriendo que no solo eran los molinos de la desembocadura del Currás los que se encontraban en un pésimo estado, sino que había más edificaciones similares. Además, la contaminación del cauce fluvial era más que evidente, instando a las administraciones a tomar medidas con ambas situaciones.

Proyectos que no acababan de concretarse surgieron durante los siguientes años, pero pese a la lentitud, Martínez Vales mantuvo la presión con cartas a la Diputación y creando un perfil de Facebook desde el que denunciaba la necesidad de acometer las obras.

"La desembocadura del río Currás y todo O Esteiro tienen un potencial enorme; esa zona no solo necesita la recuperación de los molinos, sino que también sería fundamental realizar una senda que bordease toda la ensenada, limpiar las islas Ansuiñas y recuperar el viejo puente, devolviéndolo a su estado original y asegurando su estructura debidamente", explica

Con las obras a punto de iniciarse, Martínez Vales reconoce que "estoy contento porque se vaya a desarrollar esa actuación, pero espero que sea un trabajo minucioso y serio, que tenga en cuenta la fuerza que tiene en esa zona el río y que se tomen medidas para evitar que puedan ser destrozados por una riada". También espera que se recuperen diferentes elementos que hoy han desaparecido, como los canales que unían los molinos por debajo del puente o las escaleras que salían de esta infraestructura para acceder a uno de los molinos.

Para llevar a cabo la actuación cree que "los técnicos deberían hablar con los vecinos de la zona, que recordamos perfectamente como eran los molinos, y devolverlos a su estado original no sería una tarea ni excesivamente complicada ni con un coste económico alto".