La modificación del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) sigue dando quebraderos de cabeza al gobierno socialista de Vilagarcía de Arousa que carece aún de los apoyos necesarios para sacar adelante su propuesta de rebajar el tipo impositivo del 0,58 actual al 0,56, lo que en la práctica supondría una congelación al contrarrestar la revalorización de los inmuebles la bajada del tipo. Entre la oposición hay opiniones para todos los gustos, desde quien pide situar el IBI en el 0,52 como Esquerda Unida, hasta quien no se define, pasando por quienes se conformarían con un 0,55.

Este último es el caso de BNG y Somos Maioría, votos necesarios para que la modificación de la ordenanza fiscal se apruebe en el pleno extraordinario del próximo martes, pero el gobierno no está por la labor. Argumenta que eso supondría una merma en los ingresos de 115.132 euros, cantidad que aumentaría hasta los 345.397 si se compara con lo recaudado este año en concepto de contribución urbana. Además, sostiene que la reducción al 0,55 a quien realmente beneficiaría sería a los propietarios de inmuebles de lujo que, en teoría, serían personas con más recursos. Así, según transmitió la concejala de Facenda, Luz Abalo, la merma en los recibos de pequeños pisos y viviendas apenas se notaría e incluso subiría unos pocos euros en algunos casos. Por el contrario, en propiedades de gran valor catastral la cuota bajaría incluso más de 200 euros. La reducción media del recibo, dejando al margen viviendas de lujo, sería de unos 4 euros.

Algún ejemplo. Los propietarios de un piso de 44 metros cuadrados en la Calle Rosalía de Castro pasarían de pagar 83,93 euros en 2016 a 84,94 (1,01 euros más) en 2017 con el IBI al 0,55. Si el tipo se queda en 0,56 como plantea el gobierno la tasa subiría 2,55 euros, hasta un total de 86,48. Una vivienda unifamiliar de 325 metros cuadrados en la misma avenida Rosalía de Castro pasaría de pagar 644,07 este año a 663,45 este año a 629,14 con el tipo impositivo en 0,55, lo que representa 14,93 euros menos, pero la reducción se limitaría a 3,49 euros con el 0,56, ya que el recibo sumaría 640,58.

La comisión de revisión de ordenanzas volverá a reunirse el lunes antes de la comisión informativa para intentar un acuerdo in extremis, de lo contrario parece difícil que el gobierno socialista cuente con votos suficientes. Incluso podría darse la coyuntura de que saliese adelante la moción de Esquerda Unida que pide un tipo impositivo del 0,52. Esto argumenta la concejala Abalo siguiendo el contenido de un informe de Intervención, comprometería la prestación de servicios básicos municipales.

Así las cosas, ni el gobierno municipal mueve su postura ni tampoco lo hace la oposición. El PP califica de "ínfima" una bajada al 0,56, que incluso se traduciría en más ingresos para Ravella el próximo ejercicio, 87.720 euros más. Para Tomás Fole "una rebaja tan pequeña es una subida encubierta en el recibo de cada vecino" y acusa al alcalde de "un afán recaudatorio que no tiene límites, ya que en el rural está llevando a cabo un subida exagerada". El Bloque Nacionalista Galego, por su parte, quiere que se "contrarreste cuanto antes el efecto que en su día tuvo el catastrazo impuesto por el PP", por lo que "debe bajar el IBI en 2017 al mínimo del 0,55 para conseguir llegar al índice mínimo del 0,50 a final de legislatura". Xabier Ríos concuerda con las bonificaciones que propone el gobierno y reclama, además, impuestos "justos y progresivos". Esquerda Unida solo se conforma con una reducción al 0,52, mientras que Gaspar González de Somos Maioría pide a los socialista "un mayor esfuerzo" al considerar "insuficiente" el tipo impositivo del 0,56. "Para que aumenten los ingresos y mantener los servicios sobran soluciones. Hay que buscar fórmulas, pero ese es un trabajo del gobierno". Él propone subir los impuestos de carácter especial como los que afectan a parques eólicos o antenas de telefonía.