Cada ciudad, municipio y pequeño pueblo gallego tiene al servicio de sus ciudadanos medianos y pequeños comercios, un colectivo que en Galicia proporciona empleo a más de 142.000 trabajadores, según datos de la Federación Gallega de Comercio.

Más allá de los grandes almacenes, cada vez con mayor presencia en las localidades, no se puede entender ningún barrio sin los negocios de toda la vida, aquellos a los que iban los que ahora ya son abuelos, en los que continuaron comprando sus hijos y a los que casi siempre se acude cuando es necesario adquirir cualquier producto, ya sea alimenticio, textil o de ocio. En la actualidad Galicia posee cerca de 60.000 pequeños y medianos comercios que siguen siendo el motor de la economía de la comunidad. Alrededor de 17.500 se encuentran en Pontevedra, convirtiéndose en la segunda provincia gallega que más locales tiene, por detrás de A Coruña, con algo más de 23.000. Lugo y Ourense se quedan por detrás con unos 8.500 y 7.500 establecimientos respectivamente.

A diferencia de las grandes superficies, el del comercio es el grupo que más está sufriendo la virulencia de la crisis financiera, que lleva azotando a la economía mundial la última década.

Fue precisamente en los primeros años de la recesión -entre 2007 y 2012- cuando las tiendas gallegas más acusaron el golpe, llegando a cerrar sus puertas cerca de 17.500. A partir de ahí, con una lenta pero ligera mejoría en la situación económica, se ha logrado alcanzar una estabilidad entre todos aquellos locales que tienen que bajar la verja para siempre y los que optan por levantar de par en par la suya para satisfacer a sus vecinos.

Especial mención tienen los numerosos establecimientos familiares, algunos de tercera o cuarta generación, que no han perdido la esencia con la que iniciaron su actividad hace más de un siglo y que siguen ofreciendo ese trato cercano, alegre y servicial con sus clientes, unos consumidores que continúan alimentando las ganas de pelear de estos pequeños y medianos comercios, tan necesarios ahora como el primer día.

Y eso lo saben en O Grove, donde una veintena de negocios adheridos al centro comercial abierto De Tendas participan en una nueva edición de Grovestock.

Se trata de una feria de oportunidades promovida por Empresarios Grovenses de Bens e Servicios (Emgrobes) -presididos por José Besada- que se desarrolla estos días al abrigo de la Festa do Marisco. En las carpas instaladas en el recinto ferial de la zona portuaria pueden verse todo tipo de negocios familiares que de este modo se promocionan y ofrecen una alternativa más a los visitantes de la fiesta culinaria.