El ajuste que el Banco Popular prepara y que afectará tanto al número de sucursales como de trabajadores tendrá impacto en Vilagarcía, ya que la entidad pretende cerrar su oficina del número 2 de la calle Arapiles, si bien de momento no se conoce la suerte que correrá su persona. El banco se quedará, así, con una única sucursal en la ciudad, la más amplia y céntrica, radicada en la Plaza de Galicia y hoy con rotulación del Pastor. En ella se concentrará la actividad que hoy en día se desglosa entre dos oficinas, según la documentación que la propia dirección de la entidad presentó a los sindicatos en la segunda reunión del período de consultas del Expediente de Regulación de Empleo que afectará a unos 2.894 trabajadores.

En lo que respecta a Galicia, la reestructuración podría suponer el cierre de 42 sucursales, entre ellas la de Vilagarcía, y un recorte de unos 250 empleos. Aunque la entidad sostiene que muchos de los empleados afectados podrían acogerse a prejubilaciones con el 75% del salario neto pensionable, los sindicatos rechazan las cifras y también la actitud de la presidencia del banco, que ostenta Ángel Son. "Un proyecto de banco moderno y viable no puede prescindir de forma rápida de tal cantidad de plantilla", critica Comisiones Obreras, mientras que UGT insiste en "la mala fe del banco en este proceso, filtrando interesadamente datos a la plantilla y prensa antes que a la mesa negociadora".

Las otras ciudades y municipios de la comunidad en la que el Banco Popular cerrará oficinas son Vigo, Redondela, Pontevedra, Porriño, Marín, Lalín, Cangas, A Estrada, A Coruña, Santiago, Ferrol, Narón, Arteixo, Carballo, Oleiros, Ribeira, Monforte, Sarria, O Barco de Valdeorras, Verín y Ourense. Pontevedra sería la provincia más afectada por este proceso de "reestructuración y optimización", prescindiendo la entidad de 18 oficinas, en A Coruña serían 16, cinco en la provincia de Ourense y, por último, otras tres en localidades de Lugo.