Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Prospección arqueológica en O Salnés

Sacar a la luz los restos de la fortaleza de Monte Lobeira tendrá un coste de 1,2 millones de euros

El proyecto, encargado por la Diputación y diseñado por Arqueoloxía do Noroeste, incide en la necesidad de acometer un ambicioso trabajo de recuperación del yacimiento -El ente busca ahora financiación para ello

Restos de la muralla de la fortaleza de Lobeira que salieron a la luz en las excavaciones realizadas entre 2008 y 2009. // Iñaki Abella

Sobre 1,2 millones de euros. Ese es el coste aproximado que supondría sacar a la luz todos los secretos que todavía esconde Lobeira de su antigua fortaleza. La atalaya situada en Vilanova de Arousa ya cuenta con parte de ese patrimonio al descubierto gracias al empeño de los comuneros de András, propietarios de los terrenos, pero todavía queda mucho por ver la luz, y eso solo se podría conseguir mediante un ambicioso proyecto como el que ha diseñado la empresa Arqueoloxía do Noroeste bajo el auspicio de la Diputación de Pontevedra. El proyecto, que contrató el ente autonómico por cerca de 2.500 euros, hace una valoración de las acciones a realizar y que supondrían un desembolso próximo a los 1,2 millones de euros, para el que la institución provincial deberá buscar financiación en el futuro y desarrollar en varias anualidades.

Tomando como referencia las excavaciones realizadas entre 2008 y 2009, en la que se descubrió el patio de armas, parte de la muralla y un aljibe, el nuevo proyecto plantea una intervención en un área que abarca gran parte de la fortaleza con el fin de poner al descubierto las líneas defensivas del antiguo castillo, los restos de las torres y su morfología, así como aquellas dependencias que existieron en su interior. Una intervención de estas características serviría para la magnitud del yacimiento, y sobre todo, la estructura de la edificación y los procesos que vivió.

La superficie excavable sería el 58% de los 13.826 metros cuadrados del terreno sobre el que se asentó en su día la antigua fortaleza. Para los responsables del proyecto, la "potencialidad" de Lobeira se encuentra "fuera de toda duda", no solo por las fuentes escritas que citan su existencia, sino por los datos ofrecidos en la intervención realizada a finales de la década pasada. Para comenzar a actuar, se considera indispensable la limpieza de todo el entorno sobre el que se va a trabajar y la excavación debería realizarse a lo largo del verano y se han tenido en cuenta multitud de detalles, como la eliminación de los sedimentos, que se acumularán en las inmediaciones de la entrada a la fortaleza por el sur antes de ser retirados por medios mecánicos, ya que se trata del único acceso que posee el yacimiento.

Otro de los detalles que se ha tenido en cuenta en la redacción del proyecto es el plazo de ejecución, estimado en un período de 12 meses distribuidos en 240 jornadas, en las que se deberían excavar unos 8.050 metros cuadrados de superficie. Para ello debería contarse con un capital humano de 26 personas distribuido en un director, cuatro técnicos, un dibujante, un topógrafo y una veintena de auxiliares de la excavación. También se hace una descripción detallada de los medios y materiales a utilizar, incluyendo un desglose del coste económico que eso puede suponer.

Pero el proyecto va mucho más allá del trabajo sobre el terreno e incluye entre los objetivos la socialización del conocimiento del mismo derivado de la intervención arqueológica. En este sentido, se aconseja que la intervención se enmarque bajo las premisas teóricas que defienden que "la arqueología es una disciplina humanística que pretende conocer y dar a conocer los modos de vida de las sociedades pasadas a través de los vestigios dejados producto de su comportamiento".

Por eso se considera necesario "promover la difusión de los valores culturales de la fortaleza de Lobeira mediante la investigación, la protección y la comprensión del sitio". En cuanto a los objetivos específicos, el proyecto insiste en que se debe investigar el proceso de formación del yacimiento, definir los componentes estructurales y establecer las posibles fases constructivas y destructivas. Para ello será fundamental apoyarse en las fuentes documentales existentes. También incide en documentar el registro arqueológico, y una vez conocido la entidad de los restos localizados, programar tareas tendentes a la consolidación y conservación del mismo, dotándolo de información explicativa y didáctica, mediante la instalación de paneles para la transmisión de un mensaje riguroso y comprensible.

Compartir el artículo

stats