Ángeles Domínguez explica que el gobierno ha barajado en más de una ocasión la posibilidad de poner en valor la pequeña agricultura tradicional e incluso de crear un banco de tierras municipal. Además, recuerda que con la puesta en marcha de los composteros comunitarios se producirá un abono natural de calidad que podría ser ofrecido a los agricultores.

Aunque no sería la primera vez que el Concello de O Grove intenta promocionar de algún modo los huertos urbanos. En el anterior mandato, Alfredo Bea puso en marcha un proyecto mediante el cual los propietarios de solares sin urbanizar que estuviesen interesados se los cedían al Ayuntamiento, para que éste a su vez se los cediese a personas interesadas en cultivarlos. A cambio, la administración local les desbrozaba y acondicionaba las tierras, y organizaría cursos de agricultura para los que fuesen a sembrarlas.

Pero el proyecto no cuajó. Alfredo Bea recuerda que sí hubo vecinos dispuestos a ceder sus parcelas a cambio de que se las limpiasen y preparasen. No obstante, lo que faltó fue gente que quisiese cultivar en ellas. "La verdad es que no tuvo la aceptación que esperábamos", señala el edil.

Gallineros

Pero la fusión entre los mundos rural y urbano que se produce en algunas calles de O Grove no solo se traduce en la pervivencia de un buen número de fincas trabajadas en el centro. También hay unos cuantos pequeños gallineros.

Una situación que sí ha obligado a actuar al Ayuntamiento en alguna ocasión debido a quejas de los vecinos por ruidos o malos olores, si bien los responsables municipales señalan que estas quejas son en realidad muy contadas. Los dos mundos parecen llevarse bien.