La temporada de caza menor se inicia este domingo en O Salnés. Una temporada que en su arranque estará marcada por los recientes accidentes que se han producido entre cazadores, y que se saldaron el pasado fin de semana con un aficionado muerto en Toques (A Coruña) y otro herido en Silleda en sendas batidas de jabalí. Presidentes de sociedades de caza de O Salnés hacen un llamamiento para que los aficionados extremen la precaución, contribuyendo en la medida de lo posible a que se repitan desgracias de este tipo.

El presidente de los cazadores de Meaño, Rafael Otero, sostiene que "la seguridad es lo principal, y toda la precaución que se tome en el monte es poca". Además, censura el comportamiento de algunos aficionados, que según él "aún a día de hoy salen sin emisoras, se mueven de su sitio sin avisar previamente o no respetan todas las órdenes del jefe de cuadrilla, que es el responsable de la batida".

El presidente de Armenteira, Juan José Millán, se expresa en términos similares. "Un accidente de caza lo puede tener cualquiera. Pero sí que es necesario hacer un llamamiento a la precaución. Es preferible dejar que se marche un corzo o un jabalí a exponerse a que haya un accidente". En opinión de Millán, una regla de oro que en más de una ocasión los aficionados se saltan es la de quedarse quietos durante las batidas.

Eso sí, Rafael Otero recuerda que el riesgo es mayor durante las batidas de jabalí, en las que se utilizan rifles y munición de calibre mayor. La temporada que empieza el domingo, sin embargo, es de caza menor y el arma que se utiliza son escopetas de cartuchos.

Mortandad del conejo

Rafael Otero se muestra optimista. En los cotos de Meaño las poblaciones de conejo se vieron diezmadas los últimos otoños debido a las enfermedades víricas que suelen atacar a este animal, "pero este año apenas hemos visto rastros de la enfermedad", por lo que confía en que sea una temporada mejor que la pasada.

Otero considera que esta situación se debe "mucho a la suerte", pero también al trabajo de los responsables de los terrenos (tecores). "Lo que hicimos nosotros este año fue controlar mucho las siembras de conejos. Las hicimos en más veces y con densidades menores. También nos preocupamos mucho de limpiar las madrigueras y de desbrozar en su entorno, para que los conejos tengan comida cerca de las mismas y no tengan que desplazarse demasiado durante sus primeras semanas en libertad. "Y en el parque donde los compramos tuvieron a los conejos un mes antes en régimen de semilibertad", añade. En opinión de este cazador de Meaño, "es mejor echar menos conejo en el monte, pero en mejores condiciones".

La situación no parece tan buena en la parte alta del monte Castrove, hasta el extremo de que la sociedad de Poio no abrirá el coto este domingo. Sí lo hará la de Armenteira, a pesar de que Juan José Millán y sus compañeros admiten que "nos atacó una enfermedad vírica y se nos ha muerto bastante caza". A pesar de ello, plantea que aún queda una población apreciable en Armenteira.