La mayoría de los autobuses aparcaban en la parte posterior de la cofradía. Y su presencia demuestra que la Festa do Marisco es una cita con un enorme poder de atracción en toda España. Así, había autocares de León, Zafra o Monesterio (Badajoz), Lorca (Murcia), Astorga o Puebla de Sanabria (Zamora), Madrid, Valladolid, Gijón, Alicante o Sigüenza (Guadalajara).

Tampoco faltaban varios autobuses de Portugal, así como numerosos vehículos llegados de poblaciones gallegas como Salvaterra de Miño, Redondela, Narón, Foz, Carballo, O Carballiño o Maceda.

Una nota llamativa de muchas de estas excursiones organizadas es que los guías portaban palos con flores o muñecos tradicionales en su extremo superior para reagrupar a todos los excursionistas a la hora de irse. En otros casos, los participantes en el viaje portaban paños o gorras iguales para evitar perderse.