La escritora Rosa Regás participó ayer en los actos del 150 aniversario del nacimiento de Valle-Inclán en Vilanova de Arousa, donde analizó una de las cuestiones que más han llamado la atención de la biografía del genio vilanovés, su actitud ante la vida, lo que le convirtió en una figura que nunca dejaba indiferente a nadie que llegase a conocerlo. Regás abrió su intervención recordando una anécdota sobre "el señor de largas barbas al que le faltaba un brazo", tal y como lo definía el padre de la escritora. Esa anécdota que Regás conoció siendo todavía una niña, "me quedó grabada y demuestra el anticlericalismo de Valle".
Valle se encontraba de viaje en un tren y enfrente se sentaban dos curas, a los que el escritor no dudó en interpelar con la pregunta de cual era su compañía. La respuesta fue la Compañía de Jesús, y su respuesta dejó secos a los dos sacerdotes: "de la del Jesús del pesebre o de la del Jesús del calvario". Esa anécdota fue fundamental en el descubrimiento de Valle, unido a la gran cantidad de obras que existían en la biblioteca de sus padres.
A partir de ahí se centró en diferentes reflexiones sobre sus reacciones a aquellas cuestiones que no le gustaban, recurriendo a la protesta o denuncia, algo que estaba dentro de los genes de muchos de sus contemporáneos o escritores próximos en el tiempo, como fue la Generación del 98, una de las más prolíficas que ha dado la literatura española. También abordó muchas de las frases con las que el se definía y que le permitieron crear el personaje en el que se acabó convirtiendo.
Regás se ha sumado a los actos del 150 aniversario de Valle-Inclán gracias a su amistad con varios de los integrantes de Amigos de Valle, acudiendo, por primera vez, a Vilanova de Arousa, la tierra que vio nacer al escritor un 28 de octubre de 1866. La conferencia que impartió ayer Regás finalizó un soneto que define perfectamente al gran Valle-Inclán.
