La glorieta construida hace dos años para mejorar la seguridad en el cruce de la PO-531 y el acceso a Paradela en Meis resolvió las colisiones entre vehículos pero se ha convertido en un riesgo en sí misma.

En el último medio año se han registrado dos accidentes en los que algún turismo ha derrumbado la farola central que ilumina este polémico cruce y que se convirtió en un obstáculo en el camino.

Esta pasada semana un turismo derribó el nuevo báculo al tratar de tomar recta la curva en dirección a Pontevedra, muy cerca de la recta de a Goulla.

A finales de semana se retiró la luminaria de la calzada por lo que su reposición tardará algunas semanas en hacerse efectiva.

La rontonda fue construida por la Diputación de Pontevedra en la etapa de Rafael Louzán para solventar riesgos de tráfico pues en este lugar confluyen también las principales paradas de autobús.