Un funeral que se celebraba ayer en A Illa acabó de la peor manera posible para la familia del fallecido, que tuvo que ver como el ataúd que portaban los empleados de la funeraria se deshacía contra el suelo al caer por las escaleras que dan acceso a una de las tres zonas en las que se subdivide el cementerio isleño.

Tras celebrarse las exequias fúnebres en el interior del templo de San Xulián, el cortejo se dirigió hacia el camposanto, al que hay que acceder por unas empinadas escaleras.

Al parecer, uno de los porteadores tropezó y se torció un tobillo, lo que desequilibró el traslado del féretro, que acabó cayendo por las escaleras y desahaciéndose por completo ante la mirada atónita de familiares, amigos y una gran cantidad de vecinos del municipio.

El cuerpo permaneció en la zona, ante la estupefacción de todos los asistentes al sepelio, durante casi una hora, mientras la funeraria trataba de trasladar, lo más urgente posible, otro féretro para continuar con la ceremonia.

Esos 60 minutos fueron interminables para la familia y allegados del fallecido, llegando a vivirse momentos de mucha tensión con los trabajadores de la funeraria por la situación que se creó.

Pese a que la escalinata de acceso a una de las tres zonas en las que se divide el cementerio de A Illa es sumamente empinada, nunca, hasta ayer, había ocurrido una situación similar.