Tres colmenas de avispas velutinas o asiáticas fueron retirados ayer por el equipo de Protección Civil de Cambados de los lugares más insospechados y como casi siempre en zonas de difícil alcance, en esta ocasión en la senda del Umia y detrás de A Pastora.

Se ha convertido en una auténtica plaga y los servicios de emergencia de este pequeño concello de O Salnés retiran un promedio de uno al día pero no descartan que, como ayer, tengan que intervenir en numerosas ocasiones más.

La llegada de la avispa asiática, a través de la frontera portuguesa, empezó a percibirse hace unos dos años aproximadamente. Desde aquel momento se expandió y ya ha recorrido más de cien kilómetros en su colonización.

La propagación de la especie hizo insuficientes los medios que inicialmente se destinaban a combatir estos insectos por lo que hace algo menos de un mes se pidió la colaboración de los voluntarios de Protección Civil.

Y para ello, el servicio 012 entregó trajes adecuados de apicultor a los voluntarios de Protección Civil con el fin de que sean ellos quienes procedan al exterminio de estos enjambres que no solo ponen en riesgo la población autóctona de abejas sino que están constituyendo un verdadero riesgo para la salud humana pues la velutina es de mayor tamaño que la avispa del país y, por lo tanto, contiene una mayor cantidad de veneno, como se ha explicado en anteriores informaciones al respecto.

Hace unos quince días que la Xunta facilitó a las agrupaciones de Cambados, Ribadumia, Vilagarcía y el GES de Sanxenxo los trajes de apicultor imprescindibles para retirar estos enjambres, después de que los efectivos participaran en un curso específico en el que se les dieron las pautas para exterminarlas con garantías.

Así lo primero que hacen es aplicar un gas sobre el nido de avispa para proceder a su retirada del lugar en el que se encuentre. Luego lo depositan en un bidón y a los dos o tres días proceden a quemarlo para evitar que puedan seguir expandiéndose.

El consejo que les han dado los técnicos es que procedan a su congelación antes de incinerarlos, pero este proceso es a veces imposible pues "hay nidos que superan el metro de largo", explica uno de los agentes consultados.

La proliferación de estos enjambres de avispa asiática es especialmente visible en esta época debido a que son muchos los viticultores que se encuentran en la vendimia. La vendimia ha descubierto numerosos enjambres ocultos.

"Las avispas asiáticas son muy sensibles a cualquier ruido, no les gusta, e inmediatamente sale todo el enjambre en esa dirección. Es normal que la gente se asuste y llame con urgencia para evitar su dolorosa picadura", explica el experto consultado.