Pablo Prieto es, sin duda, una de las caras de moda. Y nunca mejor dicho, por cuanto este meañés se subía a la pasarela la semana pasada en un desfile de Roberto Verino, con el que el diseñador gallego presentaba en la Mfshow Tresemmé de Madrid su colección de otoño-invierno. Lo hacía con una colección de prendas que el propio Verino definía "ponibles, seductoras, realista y modernas". Prieto realizó tres pases en los que lució traje, jersey de cuello alto y un abrigo largo de piel.

-Lo primero, una curiosidad ¿se compra usted la ropa o se deja aconsejar?

-(Sonríe) Antes, aunque me la compraba yo, sí me dejaba influir más por la novia, pero es cierto que ahora tengo mucho más criterio.

-¿Cómo son sus inicios en el mundo de la moda?

-Fue por casualidad hace cuatro años. Estaba con mi novia tomando algo en Vilagarcía cuando se nos acercó un hombre que trabajaba para la revista Marie Claire, y que era amigo del dueño de la agencia Uno Models en Madrid. Fue esa persona quien me lo propuso, me dejó su teléfono de contacto y me pidió que, si estaba interesado, le enviara unas fotos.

-¿Y cómo encaja uno una propuesta así, de repente?

-Lógicamente sorprendido? tanto que por un momento llegué a pensar que se trataba de una especie de broma. Reconozco que en un principio no quería saber nada de ello porque estaba muy centrado en lo mío y me encontraba cómodo haciendo lo que hacía. Para dar el paso tuvieron que convencerme bastante: primero mi novia y luego mi hermana e incluso mi padre, quizás mi madre, que es más como yo, lo veía menos. Pero pronto comprendí que era una oportunidad en la vida y me decidí.

-¿A qué se dedicaba usted antes de dar el salto y acabar desfilando para Roberto Verino?

-Desde que salí del colegio me dedicaba a la construcción porque había que buscarse la vida. Yo entonces era escayolista pero mi vida, por una casualidad, dio un giro de 180 grados a partir de aquel día.

-¿Recuerda en dónde sacó aquellas fotos que remitió a la agencia y que fueron su trampolín?

-Fue en Vilagarcía. Las envié, les gustaron y al poco me llamaron de Madrid para decirme que, en cuanto pudiera, fuera a conocerlos. Aproveché un fin de semana que no trabajaba para bajar con mi novia, conocí la agencia y allí empezó todo.

-¿Qué le sorprendió de aquella primera impresión que recibe del mundo de la moda nada más llegar a Madrid, conocer la agencia y demás?

-¡Todo! Incluso la ciudad, enorme, que no me gustaba por eso? Luego la agencia, la forma de trabajar?Recuerdo que aquellos días estaba con los ojoas como platos, pero hoy lo veo como algo normal y me siento a gusto.

-¿Cuál fue el primer trabajo que le propusieron como modelo?

-El primero fue una campaña para la revista Man para lo que tuvimos que viajar a Guayaquil en Ecuador. Luego vinieron otras: en Francia para IKKS, en Alemania para la BMW, otra campaña en la revista Tenmag? Recuerdo incluso haber visto fotos con mi cara en un autobús por París como parte de una campaña. Luego te pierdes un poco entre tantos sitios.

-¿Cómo le llega la oferta para desfilar para Verino?

-Es a través de la agencia que te lo proponen? También la estilista de Roberto Verino me había dicho antes que estarían encantados de contar conmigo para abrir el desfile? Para mí era una oportunidad excepcional de trabajar con todo un referente de la moda como es Roberto Verino, máxime aún siendo gallego, por eso, no lo dudé un momento.

-¿Cómo fue ese desfile?

-Todo muy rápido, a lo sumo unos 20 o 25 minutos. A mí me tocó abrir y cerrar el desfile de hombres, y realicé para ello tres pases. Éramos solo tres modelos masculinos, lo demás eran mujeres.

-En la moda sigue mandando, pues, la mujer.

-Sí, ellas son las verdaderas protagonistas. Tienen un abanico muy amplio, no solo es ropa, son también complementos, maquillaje. Las mujeres son las que más consumen, por eso la moda se dirige hacia ellas, hay más modelos femeninas y están muy valoradas.

-Incluso mejor económicamente que los modelos masculinos.

-Sí, también (sonríe), pero es normal porque, como decía, generan más. Aunque bien es cierto que, de un tiempo a esta parte, la moda masculina está cada vez más al alza, al hombre también le empieza gustar saber vertirse, sentirse elegante y cuidar su imagen, eso se empieza a notar.

-¿Cómo era la ropa que le tocó portar en pasarela y que es la que vamos a ver este otoño-invierno?

-En hombres, sobre todo traje y jersey de cuello alto. También me tocó portar un abrigo precioso, largo, casi hasta los pies.

-¿Cómo es el mundillo de la moda detrás de la pasarela?

-Puede ser increíble o puede ser terrible, depende como lo quieras llevar. Ocurre un poco en cualquier profesión.

-Cuando se piensa en el mundo del modelo enseguida se vienen a la cabeza viajes y fiestas.

-Sí, viajar es fantástico cuando es por una campaña para la que has sido contratado. Entonces estás una semana, conoces un poco la ciudad y lo disfrutas. Pero cuando es para hacer castings, y tienes que estar un mes, es agotador desde el momento en que te levantas. En ocasiones haces diez o quince castings al día y al final no te contratan en ninguno. Pero tienes que ir, tienes que estar porque ahí están tus posibilidades. Y las fiestas, que muchas veces es algo que te recomienda la propia agencia, son importantes para hacer relaciones, conocer fotógrafos, estilistas. Muchas veces a esta gente puedes no decirles nada en el book de la agencia, pero al verte en persona y notar lo que transmites sí pueden descubrir tus posibilidades. Reconozco que al principio no solía ir a las fiestas pero te brindan muchas posibilidades de hacer contactos, y en más de una ocasión a partir de ahí te llaman para un trabajo.

-¿Logra vivir de ser modelo?

-No, lo complemento con otras ocupaciones, por ejemplo, hasta hace poco trabajaba de dependiente.