Guillermo Hermo destaca como una de las particularidades de esta vendimia la dificultad con la que se encontraron muchos bodegueros para contratar a personal para las labores de recogida de la uva. "Fue muy difícil encontrar gente para vendimiar y no solo nosotros, sino que fue una situación general", explica el responsable del Pazo de Rubiáns.

Del listado de jornaleros habituales que tiene la bodega "más de un 25% este año ya tenían trabajo, algunos de carácter temporal y otros más estable", de manera que no participaron en esta ocasión en la vendimia, que da trabajo a centenares y centenares de vecinos tanto de la comarca de O Salnés como de otras próximas. "Hubo gente que llevaba 3 o 4 años con nosotros y que, al estar ya trabajando, no pudo venir o días en los que contábamos con 80 personas y aparecían solo 65", continúa Hermo.

Esta situación motivó subidas en los jornales. "Como la gente estaba tan solicitada hubo competencia y algunas bodegas ofrecían más cantidad por hora para intentar salir al paso del problema y poder contar con gente" en sus viñedos, explica el mismo Hermo.