"Profe, hoy me quedo en el comedor" fue la frase con la que algunos niños del colegio CEIP Enrique Barreiro Piñeiro de Vilariño, en Cambados, iniciaron la jornada escolar de ayer. El centro estrenó comedor, un servicio con el que pretende frenar la caída de matriculaciones y que en el mes de septiembre contará con 14 usuarios. Es solo el inicio, ya que para octubre está ya confirmada la ocupación de 20 plazas, siendo la capacidad máxima entre 25 y 30 estudiantes.

Impulsado por el propio centro y la asociación de padres de alumnos, con la colaboración del Concello y de la Xunta el servicio funciona desde ayer a través de la empesa de catering Arelas, de Gondomar, y con un monitor que se encargará de atender a los niños durante la comida, que en la primera jonada fue a base de ensalada y guiso de carne. La acogida por parte de los padres ha superado las expectativas de la ANPA, confirma su portavoz, Mar Núñez, que confiesa que "este es un proyecto muy grande para nosotros y a la vez emocionante". Recuerda que, cuando se ideó el proyecto, "hicimos una encuesta entre los padres y solo 8" se mostraban dispuestos a dejar a sus hijos en el comedor, pero el mes próximo serán ya una veintena los inscritos, por lo que "tan solo quedarían cinco o seis plazas libres", todo un éxito para los promotores. "El alumnado del colegio estaba bajando mucho" porque las familias preferían matricular a sus hijos en otros centros del municipio que ya tenían comedor", confirma la representante de la ANPA. El concejal José Ramón Abal añade que, debido a esa caída de alumnos, el CEIP Enrique Barreiro corría el riesgo de perder algún profesor e incluso de que se cerrasen unidades. Ahora todos confían en revertir la situación por el bien del colegio.

Aunque no hay transporte escolar que lleve de regreso a sus domicilios a los niños que utilizan el comedor, en el recinto educativo se realizan actividades extraescolares hasta las seis de la tarde, hora hasta la que también permace abierta la biblioteca, dando un amplio margen para que los padres u otros familiares puedan acudir a recoger a los alumnos. El precio del servicio, que inicialmente se estimaba en 80 euros mensuales, se ha reducido a 59 gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Cambados, que se prestó a financiar la contratación del monitor que atiende el comedor.

Este se habilitó en una de las aulas del colegio, antes utilizada como laboratorio. El Concello se encargó de acondicionarla con obras de mejora del falso techo, colocación de nuevas luminarias o pintado, unos trabajos valorados en unos 6.000 euros, explica el edil José Ramón Abal. El espacio se dotó, además de nevera, cocina, microondas y mobiliario de acero inoxidable.

La representante de la asociación de padres, Mar Nüñez, no solo agradece al Concello su disposición a colaborar en esta iniciativa, sino también a la Xunta las facilidades dadas durante la tramitación del proyecto y para la puesta en marcha del servicio, que tuvo que pasar los controles de Sanidad. Incluso es posible que, en próximos cursos, se integre en la red de comedores escolares de la Xunta. Eso sí, "siempre que los padres lo aprueben", matiza la portavoz.