Los bateeiros no solo sufren pérdidas puntuales a causa de los sabotajes en los viveros. También se producen, y éstas parecen más generalizadas, a causa del gran peso alcanzado en las cuerdas. Como se explicó en las últimas semanas el mejillón atraviesa uno de sus mejores momentos, con gran tamaño y mejor rendimiento en vianda. Que engordara tanto, unido al fuerte desove registrado este verano, lo cual propició que los ejemplares alevines se adhirieran en gran número a los adultos, hacen que el peso de cada cuerda se multiplique, y es esto lo que llega a causar el desprendimiento de todo el producto, con la pérdidas económicas que esto supone. Que el mejillón se caiga por su propio peso, y nunca mejor dicho, es algo que preocupa al sector, y mucho. Pero más inquieta lo que está por venir, ya que este problema aumentará considerablemente en cuanto lleguen los temporales de otoño e invierno, ya que harán más frecuentes los temidos desprendimientos, de ahí que el objetivo ahora sea colocar en el mercado la mayor cantidad posible de mercancía.