El exconcejal Alejandro Quintela "tenía 18 años y cuando llegué al lugar del accidente ya estaba todo vallado. Dentro de la desgracia, porque murieron tres personas, tuvimos suerte de que el avión no cayera en la aldea en un día en el que las casas estaban llenas de gente -era el día grande de las fiestas-. Los tres tripulantes fallecidos fueron unos héroes, consiguieron sacar el avión de la aldea y si hubieran recorrido unos 50 o 100 metros más se hubieran salvado porque ya llegaban al mar. Aquel fue un día triste en toda la aldea. Durante los siguientes años se celebraban en el lugar del siniestro misas de campaña y se hacían ofrendas. Me gustaría que se siguieran haciendo todavía hoy".