Una empresa de Cambados, apoyada por otra de Santander, ha conseguido reflotar el "Segundo Durán", el barco cambadés del cerco que en la madrugada del 9 de agosto pasado se hundió en las inmediaciones de la isla de Sálvora. El gerente de Dragados Osmar, que es la firma de Cambados que dirigió el trabajo, Manuel Cernadas, apunta que el pecio estaba a una profundidad de 52 metros, y que esto, unido a las fuertes corrientes existentes en esa zona de la bocana de la ría motivó que fuese "una operación muy complicada".

En lo referente a la profundidad, Cernadas señala que "nunca se había reflotado un barco en la ría de Arousa hundido a esa profundidad. El récord anterior era de un bateeiro que estaba a 43 metros". Según él, el "Segundo Durán" se encontraba "tan abajo que incluso con iluminación no teníamos más que metro y medio de visibilidad".

El gerente de Dragados Osmar manifiesta que el barco "está en bastantes buenas condiciones a pesar de que llevó un golpe importante en el casco por la altura a la que cayó y la dureza del terreno". También resalta que "no es habitual que se consiga sacar entero un barco de madera".

El cerquero fue trasladado al puerto de Vilanova, a donde han acudido los carpinteros para analizar las posibilidades de reparar los desperfectos y que el barco pueda volver a navegar. También se prevé que vayan a verlo los técnicos de la Capitanía Marítima que están investigando el naufragio.

Las hipótesis iniciales que se han barajado son una vía de agua o una eventual sobrecarga. De todos modos, la primera de ellas parece en estos momentos la que se maneja con más fuerza, pues parece ser que había una tabla parcialmente desclavada.

El "Segundo Durán" es un cerquero construido en 1989, con casco de madera, y tiene 13,80 metros de eslora. Se hundió entre la isla de Sálvora y el istmo de O Grove con cinco tripulantes a bordo, dos de ellos gallegos y otros tres peruanos. Todos salieron ilesos tras echarse al mar en una balsa de rescate.

Una operación complicada

Manuel Cernadas señala que la maniobra de reflotamiento del pecio "fue complicada". Cuando el armador del buque les encargó el trabajo sí fue sencillo localizar el "Segundo Durán" mediante la posición de la radiobaliza que se había activado en el siniestro y un sensor de fondo que llevaba el aparejo. Pero la profundidad a la que se encontraba el barco, 52 metros, planteaba, según el empresario cambadés, un reto especial.

Desde el punto de vista administrativo, las autoridades encargadas de autorizar los trabajos exigían una documentación muy exhaustiva, así como un equipo mínimo de siete profesionales, pues a mayor profundidad mayores son los riesgos para los trabajos que se sumergen.

Dragados Osmar, que es la empresa que descendió al "Paquito Número 2", el bateeiro de Cabo de Cruz en cuyo naufragio murieron tres hombres, contactó entonces con la firma cántabra Demoliciones Submarinas, y contrató para la ocasión a unos buceadores para completar el equipo.

Finalmente, en cuanto la administración autorizó el proyecto de reflote, la empresa cambadesa empezó a trabajar con las previsiones meteorológicas para escoger las fechas, ya que era imprescindible que hubiese cuatro días consecutivos de buen tiempo. Eso no está siendo complicado este verano en tierra, pero en el mar las condiciones no siempre son igual de buenas debido a las corrientes, y menos en el punto donde se encontraba hundido el "Segundo Durán".

Se dispuso ejecutar los trabajos durante los últimos días de agosto, pues los encargados del reflotamiento consideraron que las condiciones de las corrientes no iban a mejorar más por mucho que esperasen.

Así las cosas, el "Cuico", que es el barco de la empresa de Cambados, y las demás embarcaciones que iban a participar en el reflote, apoyadas por la "Sargadelos", de Salvamento Marítimo, se trasladaron a las inmediaciones de Sálvora. La "Sargadelos" no solo estaba en la zona para actuar en caso de un eventual accidente, sino también para evitar que otras embarcaciones pudiesen entrar en la zona de fondeo, como de hecho ocurrió con dos veleros de recreo, que fueron conminados a variar el rumbo tras invadir parcialmente la zona durante los trabajos, a pesar de que ésta había sido señalizada.

Cuatro jornadas

El trabajo duró cuatro días, y la recuperación del buque se realizó en dos fases. Así, primero se levantó desde los 52 metros hasta una profundidad de solo 16, para permitir de ese modo que los buceadores pudiesen trabajar de forma más cómoda y segura.

En la segunda fase, el "Segundo Durán" se izó desde los 16 metros hasta la superficie marina, siendo posteriormente remolcado hasta Vilanova por el "Cuico". Allí llegó el pasado fin de semana bien entrada la madrugada, pues el trabajo de los submarinistas terminó hacia las dos de la mañana. "Fuimos a Vilanova porque nos pusieron todas las facilidades para utilizar el travel lift a cualquier hora que llegásemos", señala Cernadas en alusión a la grúa motorizada que se utiliza para mover las embarcaciones desde el muelle.

También se consiguió recuperar completamente el aparejo, que en el caso de los cerqueros puede alcanzar unas dimensiones muy importantes, convirtiéndose en una de las mayores inversiones que tiene que afrontar un armador.

El gerente de Dragados Osmar explica que el barco siniestrado tiene un peso estimado de 24 toneladas, y para reflotarlo "utilizamos cuatro globos de elevación capaces de levantar 6.000 kilos, dos globos de 3.000 y otros cuatro de 1.000".

El empresario insiste en que la profundidad era el mayor inconveniente, por todo lo que supone de falta de visibilidad y de peligros para los buceadores, pero no el único. "El otro problema eran las corrientes, que en esa zona son de las más fuertes de la ría, y que pueden llegar a un nudo o nudo y medio". Asimismo, el hecho de que el aparejo estuviese enredado en torno al puente tampoco le puso las cosas fáciles a los trabajadores.

Todo sucedió muy rápido

Los cinco pescadores del "Segundo Durán" fueron trasladados a tierra en aquella madrugada del 9 de agosto por otro barco del cerco cambadés, el "Sempre Galaico", que estaba pescando en esa misma zona cuando vio una bengala que había lanzado la tripulación justo antes del naufragio. Minutos antes, el pesquero "Sieira I" llamó a Salvamento Marítimo pues había registrado la alerta de la radiobaliza procedente del "Segundo Durán".

El "Sempre Galaico" evacuó a los marineros hasta el puerto de Cambados, donde les estaba esperando una ambulancia. El patrón del buque que materializó el rescate manifestó entonces que "no les dio tiempo a nada. El barco se fue a pique muy rápido y apenas tuvieron tiempo para reaccionar. El puente se llenó de agua muy pronto". Los marineros resultaron ilesos.