Las aves rapaces ya han comenzaron a planear los cielos de Lores para ahuyentar los cuervos que arrasan las cosechas de maíz. En concreto lo hicieron el pasado viernes dos águilas de Harris, en principio para reconocer el territorio de la mano de expertos cetreros, y se prevé vuelvan en los próximos días. "Según nos explicaron fue una toma de contacto -explica Manuel Portela, uno de los vecinos afectados-, para reconocer el cielo y el suelo porque, de momento, los cuervos ni se inmutaron ante las rapaces cuando la vieron en el aire". "Es más -continúa- cuando el águila se posaba en el árbol los cuervos al poco venían y revoloteaban sobre el mismo como si tal cosa". "Pero al parecer -añade-, según nos explicaron, la labor para que los cuervos abandonen este territorio al percibir las águilas en él es una cuestión de tiempo, por lo que es previsible que repitan con otras sesiones de vuelo en unos días".

La zona de O Rapadoiro y parte baja de Lores que sube hacia Nantes de Reis es la más afectada por esta plaga. Los vecinos aseguran venir padeciéndola desde hace casi una década y la atribuyen al corte de la zona arbolada que hoy alberga el polígono industrial de Nantes. "Desde esa -comenta Manuel Portela-, al faltarles esa zona de bosque los cuervos se han venido más para arriba, quizás por el hambre, y han comenzado a causar estragos en las fincas de maíz". "Primero -continúa- ya comen el grano en la tierra cuando lo acabas de sembrar, con lo que estás obligado a continuas resiembras, lo que supone trabajo y gasto de dinero. Luego, vuelven a atacar las espigas, tanto que hay gente que tiene las fincas totalmente esquilmadas".

La situación afecta a una treintena de vecinos con maizales en la parte baja de Lores, toda ella zona de regadío y de buen rendimiento de cosechas. Para tratar de paliar la plaga los agricultores ya lo intentaron todo, desde los tradicionales espantapájaros a cintas brillantes que emiten destellos con el sol, pero todos acabaron mostrándose ineficaces. Incluso algún propietario, ya desesperado, ha recurrido a un ahuyentador sonoro.