Las terrazas hosteleras de la calle peatonal Juan García, entre Conde de Vallellano y la Praza do Castro, se convierten en un verdadero infierno para clientes y empresarios hosteleros de la zona los martes y sábados por la celebración del mercadillo.

Este vial es habilitado para que los vendedores ambulantes accedan con sus furgonetas de gran tamaño hacia los puestos de venta. La consecuencia es que los vehículos que transportan la mercancía pasan al ras de las mesas y sillas de los clientes que están en las terrazas.

Se ha dado el caso de que unos clientes tuvieron que levantarse y apartar un poco la mesa y las sillas para que pudiera pasar uno de los furgones más ancho que el resto. Además los clientes están respirando los gases tóxicos que emanan de los vehículos mientras están comiendo.

Los hosteleros afectados han indicado que ya trasladaron en varias ocasiones este problema al gobierno municipal, pero aún no les han dado ninguna solución.

La situación se agravó en el mes de agosto, fecha en que los establecimientos hosteleros estuvieron con mayor cantidad de clientes tanto en horario de mañana como de noche.

También hubo mayor afluencia de vendedores ambulantes, atraídos por el importante incremento de la población en la época estival como consecuencia del mayor turismo.