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La obra para trasladar a los placeros marca la cuenta atrás para la reforma del mercado

Los trabajos de los puestos provisionales se prolongarán tres semanas - Concello y Xunta invierten 745.704 euros en la modernización del ala oeste de la plaza de abastos

Los trabajos para acondicionar los puestos provisionales en la plaza de abastos comenzaron ayer, pero muy tímidamente. // Noé Parga

La empresa Construcciones Ediserpo dio comienzo en la tarde de ayer a los trabajos de acondicionamiento de los puestos a los que se trasladarán los placeros afectados por la segunda fase de reforma del mercado municipal de Vilagarcía. Estas obras y el cambio de ubicación de los vendedores quedarán solventados en un plazo de tres semanas, a partir del cual y de forma inmediata comenzaría la rehabilitación del edificio principal de la plaza de abastos.

Los trabajos previos se desarrollan en la zona de transición entre el pabellón de la verdura y el edificio a reformar, un espacio que estaba prácticamente en desuso y que dará acomodo provisional a la docena de placeros afectados. Se derribarán los viejos tabiques para redistribuir los espacios de acuerdo con las necesidades de la actividad de cada vendedor, teniendo en cuenta que entre ellos hay varios puestos de verdura, una cafetería, tres carnicerías, una tienda de congelados y una frutería. Será necesario dotar a los puestos de las correspondientes tomas eléctricas, habitáculos para refrigeradores y conexiones de agua, entre otras.

Una vez los afectados se trasladen a sus emplazamientos provisionales darán comienzo las obras de la segunda fase de reforma de la plaza que afectarán al ala oeste del edificio, después de que el módulo central y el ala este ya fueran reformadas en la primera fase ejecutada hace años. El proyecto está adjudicado a la empresa Ogmios, que ya tiene designada la dirección de obra, así como solventados otros trámites para poder ejecutar las mejoras de forma inmediata. Una vez rematada la remodelación de la plaza, los concesionarios podrán instalarse ya en sus puestos definitivos y se procederá a demoler la zona de tránsito dejando el pabellón de la verdura como un edificio independiente, tal y como recoge el proyecto.

El gobierno local, previo consenso con los afectados, optó por aprovechar los espacios vacíos de la zona de unión entre la plaza de la verdura y el edificio principal del mercado por ser una edificación cerrada y cubierta que cuenta ya con conexiones a la red eléctrica y al saneamiento, siendo más fácil emplazar aquí los puestos que en una carpa en la vía pública que carece de tomas de servicios adecuadas. El alquiler y acondicionamiento de la carpa sería también más caro.

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