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Los vertidos, principal problema del Umia

Una década después de la catástrofe de Brenntag, el río sigue sufriendo episodios contaminantes

El Umia, en la actualidad, a su paso por Ponte Baión, en Vilanova de Arousa. // Iñaki Abella

Ha pasado ya una década desde que las aguas del río Umia se tiñeron de azul turquesa a causa de una de las mayores catástrofes medioambientales que se ha registrado en O Salnés. Esa catástrofe se originó sobre las 14 horas del 1 de septiembre de 2006, cuando un escape de tolueno acabó derivando en un grave problema de contaminación que obligó a todas las administraciones a implicarse para evitar que todo el cauce del Umia acabase sucumbiendo, y con él, los puntos de suministro de agua a la población y los bancos marisqueros de la desembocadura. Aquel vertido sirvió para descubrir que el río era víctima de más de 170 vertidos sin autorizar a su cauce y llamó la atención de las administraciones a la hora de buscarles una solución adecuada.

Una década después, el río Umia continúa teniendo graves problemas de contaminación, aunque se han dado pasos para acabar con ellos. Así lo reconoce la responsable del Colectivo Ecoloxista de O Salnés, Marta Lois, al señalar que "una entidad como la Mancomunidade ha dado muestras de querer sanear el río y ha puesto en marcha una iniciativa para identificar todos los puntos negros de la red y mapearla, ya que uno de los principales problemas con los que se encontraban los Concellos era el desconocimiento de su propia red de saneamiento". Esas situaciones también permitían "una especie de impunidad a determinadas empresas para realizar vertidos sin pudor al alcantarillado o directamente al río, algo que parece que está cambiando con la decisión de la Mancomunidade de sancionar de forma muy dura a aquellas empresas que vierten al cauce fluvial".

Insiste Lois en que "es importante que la Mancomunidade se haya tomado en serio esta situación ya que habrá mucho menos margen para la impunidad que venían aprovechando diferentes empresas para verter sus aguas sin depurar; en ese aspecto quiero ser optimista".

Esa decisión de la Mancomunidade que agrupa a los Concellos de O Salnés es algo que Lois considera positivo, mientras que en el lado contrario, lamenta que muchas de las promesas que se realizaron de regenerar el río tras lo ocurrido quedasen en agua de borrajas, ya que tan solo se ha acometido la construcción de la EDAR de Ribadumia.

Uno de los principales problemas con los que se ha encontrado el CES cada vez que quiere conocer datos sobre la situación del Umia "es la opacidad de la administración sobre el seguimiento que se realiza a las empresas que se asientan en las inmediaciones del río". Responder a la pregunta de si el Umia se expone a sufrir una situación similar no es fácil. En principio, "la respuesta sería no, porque no existe ningún tipo de industria de esas características asentada en la ribera del Umia, sin embargo, eso es algo que no se puede afirmar categóricamente ya que desconocemos que tipo de sustancias químicas se manejan en los complejos fabriles próximos al río en estos momentos".

Los efectos de lo ocurrido con Brenntag ya apenas se detectan en el cauce del río Umia una década después ni los ecologistas tienen constancia de la existencia de estudios que demuestren que el vertido pudo acabar con especies en el cauce. Es más, Lois reconoce que "el río se ha regenerado de una manera espectacular, pero todavía continúa teniendo muchos problemas ajenos a lo ocurrido con Brenntag". Esos problemas no son otros que la existencia de un urbanismo desaforado en toda su ribera, los vertidos directos, especialmente los de derivados del petróleo y, sobre todo, la instalación de saltos en todo el recorrido que realiza el Umia desde su nacimiento hasta su desembocadura. La presencia de estos saltos "ha provocado que en diferentes tramos del río hayan desaparecido o exista una población muy inferior de diferentes especies, que no consiguen remontar el cauce como antes, un ejemplo de ello es la anguila, prácticamente desaparecida en muchos tramos del Umia".

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