Medio millar de vecinos rindieron ayer un homenaje a José Antonio Souto Míguez, cura de las parroquias de San Lourenzo, San Tomé y San Vicente de Nogueira, así como de la de San Salvador de Meis, con motivo de los 50 años de su ordenación sacerdotal. Nacido hace 76 años en Touro (A Coruña), sus primeras parroquias fueron Loño y Ferreirós, en Vila de Cruces, hasta que en 1978 llegó a las primeras de Meis. Casi 40 años después, se ha ganado el respeto de los feligreses. Uno de ellos, Elisardo Landín, destacaba ayer la calidad humana del sacerdote. "Tiene una bondad enorme y se preocupa por la gente". En este sentido, apunta que Souto Míguez siempre se brinda a ayudar a los enfermos graves, y que desde hace años cultiva junto a los vecinos plantaciones de patatas con destino a los comedores sociales.

El homenaje se inició en el colegio público de O Mosteiro con una misa a la que acudieron 25 sacerdotes de O Salnés y los municipios adyacentes. Ya entonces había cientos de personas en la eucaristía, que tuvo también la singularidad de reunir en un único coro a integrantes de los cuatro de las parroquias que lleva Souto Míguez. En el repertorio que interpretaron ayer destacaron dos temas, "Himno a las familias" y "Qué detalle Señor", que tenían, en palabras de Landín, "un ritmo muy sudamericano, casi eran bailables". La celebración prosiguió en el pabellón de deportes, donde se sirvió una comida para medio millar de personas. El menú estaba compuesto por empanadas de carne y bacalao, pulpo "a fartar", en palabras de Landín, que fue uno de los organizadores del homenaje, carne "ao caldeiro", "larpeira" y tarta de manzana.

Souto, que estaba acompañado en la mesa presidencial por los sacerdotes, también recibió el cariño de algunos amigos personales, como profesores y antiguos alumnos del instituto de Pontevedra Sánchez Cantón, en el que impartió clases de Religión; unos 30 antiguos feligreses suyos de Vila de Cruces, o el rector de la Universidad Pontificia de Salamanca, Ángel Galindo, que viajó a propósito a Meis para pasar unas horas al lado de su amigo.

Los feligreses de las cuatro parroquias le regalaron un cuadro en relieve de Meis, en el que aparecen destacadas las cuatro parroquias que están bajo su responsabilidad. Souto recibió además el aplauso de los responsables del Concello, con el alcalde José Luis Pérez a la cabeza. José Antonio Souto afirma que "estoy tan contento aquí que a Dios le pido ir de aquí al cielo. Estoy en una tierra de gloria". Admite que en la situación actual quizás no es capaz de atender como quisiera las cuatro feligresías, pero apunta que "aunque llevo el trabajo con muchas limitaciones, los feligreses me facilitan las cosas, y cuento con el apoyo de grupos de Cáritas, el de la Adoración Nocturna...".

No será éste el único homenaje que se le rinda este fin de semana a un sacerdote en O Salnés.