La presencia de toxinas lipofílicas en las rías gallegas mantiene cerrados la mitad de los polígonos mejilloneros de la comunidad autónoma. Los niveles siguen siendo altos, por lo que se mantienen las previsiones en cuanto a un aumento de prohibiciones de extracción en las próximas semanas. A estas alturas las más perjudicadas son las rías de Muros-Noia y Ares-Betanzos, con todos sus viveros flotantes temporalmente clausurados. En Vigo y Pontevedra queda abierto un número de bateas testimonial y Arousa es, por ahora, la más limpia.