El proyecto de recuperación y mejora de la Plaza de España estuvo envuelto en polémica desde sus comienzos. La colocación de losas de piedra en diversos puntos de la plaza y en los viales continuos que se peatonalizaron se retrasó más de lo debido por problemas con el suministro del material que la empresa Stradia Infraestructuras achacó a la coincidencia de las obras con una época electoral, la de los comicios del mes de mayo de 2015, tanto municipales como autonómicos. La adjudicataria sostenía que, debido a las elecciones, se produjo un colapso de pedidos con motivo del aluvión de obras encargadas por las administraciones públicas. Pero no es menos ciertos que las características del material a emplear en el proyecto lo conocía la empresa desde hacía meses, tiempo más que suficiente para haber lo encargado de forma anticipada.

Una vez solventado este inconveniente, que conllevó un retraso de casi un mes en los trabajos, surgieron denuncias tanto del BNG como de Podemos debido a la tala de un árbol centenario de la Plaza de España. Para los nacionalistas el gobierno municipal, entonces aún presidido por Tomás Fole, estaba mostrando "una falta de respeto hacia los árboles y a la ciudadanía de Vilagarcía", sumándose también a la queja la formación morada. Llegaron a calificar al PP como "enemigo del patrimonio arbóreo de la ciudad". Y por último, aunque no menos relevante, las obras permanecieron sin recepcionar casi un año una vez inauguradas, lo que impidió que pudieran colocarse en este tiempo los nuevos bancos de madera de pino de alta resistencia y pies de acero adquiridos para este entorno.