Las pousadas de Ribadumia y Meaño siguen en punto muerto. Meses después de que al menos el primero de los concellos denegase a la Diputación la licencia de primera ocupación, el órgano provincial no ha subsanado aún las deficiencias administrativas y de obra que fueron detectadas por los técnicos municipales de ambos municipios.

En Ribadumia, un posible obstáculo es que el convenio firmado en su día por la Diputación, el Arzobispado de Santiago (propietario de los terrenos en los que se levantó la pousada) y el Concello contempla la urbanización de una calle colindante con el edificio hotelero, y a día de hoy esa calle solo ha sido abierta en tierra. Falta por lo tanto su urbanización completa (asfaltado y dotación de servicio), lo que puede significar una cuantiosa inversión económica.

En Meaño, los técnicos de la Diputación visitaron la pousada en primavera, y ya entonces se les indicó los aspectos que debían subsanar para que el Concello les diese la licencia de primera ocupación. Pero, varios meses después de dicha visita, el ente provincial aún no ha vuelto a solicitar la licencia, lo que puede indicar o bien que no se hicieron las obras solicitadas (todas ellas de rango menor), o bien que el expediente está parado.

La alcaldesa de Meaño, Lourdes Ucha, manifiesta que algunos de los detalles que quedaban por solventar son la colocación correcta de las luces de emergencia o la corrección en algunos puntos de las infraestructuras de accesibilidad.

Interés municipal

La Diputación construyó cuatro pousadas en O Salnés. Están en A Lanzada (O Grove), Armenteira (Meis), Cobas (Meaño) y Ribadumia. Solo las dos primeras están abiertas. Se trata de establecimientos hoteleros de cuatro estrellas, que fueron concebidos para garantizar la accesibilidad a los mismos de las personas con discapacidad. Son gestionados por una empresa del grupo hotelero Hotusa.

El alcalde de Ribadumia, el independiente David Castro, manifestó que en el Ayuntamiento tienen mucho interés en que la Diputación abra, al considerar que la pousada podrá enriquecer la oferta turística y de ocio que ofrece Ribadumia. "Nos gustaría que la actual situación se solucionase cuanto antes", afirma Castro.

En este sentido, el alcalde apunta que su intención es reunirse con Diputación y Arzobispado el próximo mes de septiembre para conocer, por una parte, el estado de tramitación del expediente por parte de la organización provincial, y, por otro, si los representantes de la Iglesia consideran que se está ejecutando convenientemente el convenio firmado en su día con las administraciones provincial y municipal.

Aspectos pendientes

La obra de la pousada de Ribadumia está terminada prácticamente desde hace año y medio. Otro de los problemas detectados por los técnicos municipales es que la construcción final no se ajusta al proyecto original. Tanto éste como la posterior ejecución se hicieron durante el pasado mandato de la Diputación, cuando estaba al frente de la misma el ribadumiense Rafael Louzán.

Así las cosas, la Diputación aún tiene mucho que trabajar o invertir en Ribadumia. Así, le falta construir y urbanizar la calle abierta (o, en su defecto, entregar el aval pactado en su día); presentar el proyecto reformado de final de obra; solicitar formalmente la legalización de todas las actuaciones hechas con anterioridad fuera de licencia; y justificar las plazas de aparcamiento según la normativa vigente.

La Diputación solicitó la licencia de primera ocupación al Concello de Ribadumia en mayo de 2015, en vísperas de unas elecciones municipales que supusieron un vuelco tanto en el gobierno provincial como en el municipal.

La última comunicación por escrito que el Concello tuvo de la Diputación fue en diciembre de 2015 (ya estaba al frente de la institución la socialista Carmela Silva), y desde entonces no han enviado documentación alguna más al Ayuntamiento. En lo que respeta a la pousada de Meaño, las deficiencias parecen más fácilmente subsanables, aunque también se está dilatando la solución.

Si abrieron las de A Lanzada y Armenteira, aunque con una ocupación muy dispar.