Casi una hora de espera para tan solo unos segundos en los que apenas se puede entrever a los grandes ídolos del ciclismo. La comarca de O Salnés salió ayer a las carreteras para ver el paso de los participantes en La Vuelta ciclista a España en su camino hacia la meta de Ézaro. La serpiente multicolor llegó a O Salnés sobre las 14 horas en persecución de siete ciclistas que se escaparon en los inicios de la prueba. Sin importantes dificultades a sortear, el pelotón "voló" desde Vilalonga hasta Catoira, donde abandonaron O Salnés para adentrarse en la vecina comarca de Barbanza.

En ese trayecto tuvieron que sortear numerosas rotondas, como la que se sitúa en la zona vilagarciana de O Ramal, donde a punto estuvo de registrarse más de una caída por la estrechez del paso, aunque la pericia de los ciclistas lo evitó. En puntos como ese se congregó un importante número de aficionados al ciclismo para animar a sus corredores favoritos, a los que vieron pasar muy fugazmente. Lo hicieron aguantando de manera estoica, el intenso calor que reinó durante toda la jornada de ayer, y que por momentos, resultaba asfixiante.

Pero antes de que llegasen los corredores, la presencia de La Vuelta se hizo más que palpable. Más de una hora antes de la llegada de los ciclistas comenzaron a pasar vehículos comerciales de todo tipo, anunciando las marcas que patrocinan el evento. Junto a ellos varios vehículos de la Guardia Civil y del control de carrera. A medida que se acercaba la caravana ciclista, comenzaron a realizarse cortes de tráfico, más intensos con la proximidad de los ciclistas, hasta que, unos diez minutos antes de la llegada de la cabeza de carrera, los agentes de la Guardia Civil, Protección Civil y la Policía Local, se prohibió la circulación por completo. Un dispositivo espectacular para tan solo unos segundos, los que duró el paso de una caravana ciclista que ya imprimía un ritmo muy alto camino de la meta en Ézaro, donde se acabó imponiendo el francés Alexandre Geniez, del equipo FDJ.

La hora a la que pasaron los ciclistas dificultó que más gente pudiese acercarse a ver el espectáculo de la serpiente multicolor.

A pesar del fugaz paso de la Vuelta por la comarca, en la retina de la mayor parte de los aficionados todavía están muy presentes las etapas que acogió la comarca de O Salnés en años anteriores, como fueron la contrarreloj individual de 2012, con salida en Cambados y final en Pontevedra, o la contrarreloj por equipos con la que se inició la Vuelta de 2013 en Vilanova de Arousa. Ese mismo año, la Vuelta recorría la práctica totalidad de la comarca para finalizar en Monte Lobeira. La última vez que llegó la serpiente multicolor a la comarca fue en 2014, cuando una de las etapas finalizó en lo más alto de Monte Castrove.