La Asociación Gallega de Barcos Clásicos y de Época (Agabace) participa activamente en la Regata Islas Atlánticas que se celebra este fin de semana en O Grove y explica las características de la flota 6MFI, en la que participa el barco el Rey Juan Carlos. "Son barcos iguales donde el éxito en regata depende casi por completo de la pericia del caña y de la tripulación; aunque se trata de naves con distinto valor de arqueo prefijado y, por tanto, de distintos tamaños. Esto permite que existan las clases 5.5, 6, 7, 8, 9, 10, 12, 15 19 y 23 de Arqueo Internacional. Posteriormente se creó una clase más económica en 1949, el 5.5.

Según Agabace, "la gran diferencia entre un monotipo, que supone siempre la construcción de barcos exactamente iguales, y un barco de serie de Formula Métrica Internacional, está en que el diseñador puede cambiar las medidas siempre que no se aparte del resultado final de la fórmula de arqueo".

En el caso concreto de los barcos 6 Metros FI, "tuvieron un gran desarrollo y se construyeron hasta nuestros días unos 1.500 barcos". Incluso sostienen en Agabace que "cuando ya la clase tenía muy poca actividad hubo una recuperación, en los años ochenta, y se crearon flotas muy importantes con barcos clásicos restaurados y 6 Metros FI modernos, de nueva construcción; incluso en Finlandia, Noruega, Suecia, Alemania, Inglaterra, Suiza y Estados Unidos crearon asociaciones de clase que hoy están muy activas".

Parece que quedan navegando en la actualidad unos 450 barcos, según el informe de Agabace, donde añaden que "la configuración de la cubierta y la bañera no están gobernadas por ninguna regla, exceptuando una superficie de aberturas máxima y un mínimo para el corredor lateral de la bañera".

A esto hay que añadir que el 6 Metros FI "es un barco muy parecido a los barcos de quilla como el 'Dragón'; no planea, salvo con olas lo bastante grandes como para arrastrar su peso, sin que sus formas hagan mucho por ayudar". Los expertos consideran que "raramente un 6 Metros FI pasará a otro por ser más rápido en estos rumbos y solamente lo hará si el caña está más avispado o si le sonríe la suerte".

Agabace termina diciendo que estas naves "tuvieron su punto álgido en los años treinta, cuando fue sin duda la clase líder en regatas internacionales, sobreviviendo a la Segunda Guerra Mundial y resurgiendo en la postguerra". En los años cincuenta y sesenta a flota asistió al nacimiento de "nuevas clases más ligeras que podían planear con facilidad resultando más atractivas para muchos sectores y de construcción mucho menos costosa, lo que hizo decaer casi por completo la clase 6 Metros FI, hasta que en los ochenta empezó la segunda vida de estos barcos".