El mejillón, cocinado en todas sus variedades fue el gran protagonista gastronómica de todo este fin de semana. Tanto Vilanova como A Illa cerraron ayer sus fiestas de exaltación del "Oro Negro" de la ría de Arousa, un manjar que no ha pasado desapercibido a los miles de turistas que pueblan la comarca de O Salnés, principales clientes de las carpas que se situaron, hasta ayer, en el Jardín Umbrío de Vilanova y en el paseo de O Cantiño de A Illa.

En este último municipio, la organización, integrada por el club de Piragüismo, realizaba ayer un balance muy positivo de las ventas de este fin de semana, sobre todo por el espectacular lleno que registraron las carpas desde que abrieron sus puertas el pasado sábado. Salvo en la noche del domingo, donde se vieron perjudicados por la niebla y el frío que reinaba, el resto de las jornadas superaron con creces las expectativas.

Arturo Paz, responsable del club de Piragüismo, apuntaba ayer que durante las fiestas gastronómicas se vendieron 1.400 kilogramos de mejillón al vapor, 2.600 raciones de paella, 1.000 de zamburiñas (unos 400 kilogramos), 8700 de mejillón a la vinagreta y escabeche, y 1.800 de croquetas y mejillones tigre. "La valoración no puede ser otra que positiva y viene a demostrar la consolidación de un evento que, este año, cumplió un cuarto de siglo y que atrae a un público muy fiel gracias a la calidad del producto que se ofrece", explicaba ayer Paz.

En A Illa no se han acabado, todavía, las citas gastronómicas, ya que todavía quedan por celebrarse la segunda parte de la Festa Gastronómica do Mar, organizada por el Céltiga, y la Festa do Polbo, que tendrá lugar en el mes de septiembre. En A Illa, estas celebraciones nacieron para que los clubes deportivos del municipio pudiesen garantizarse un importante complemento económico para afrontar la temporada siguiente sin asfixias.