El alcalde de Vilagarcía, Alberto Varela, se ha comprometido a mediar entre el personal del PAC de San Roque y el Sergas para buscar soluciones urgentes a las graves deficiencias que vienen denunciando desde hace tiempo. El regidor se entrevistó ayer con trabajadores del servicio de urgencias del centro de salud de San Roque, acompañado por los concejales Tania García y Lino Mouriño y pudo comprobar las instalaciones obsoletas en las que este personal trabaja.

Entre las carencias que ponen de manifiesto figura la falta de un guardia de seguridad durante las guardias para hacer frente a los conflictos que se producen con personas violentas que han intentado agredir pacientes y al propio personal sanitario.

Otro de los problemas que denuncian es que solo cuentan con un desfibrilador que a veces falla y cuando sale un médico a una urgencia se lo lleva por lo que deja al otro compañero si este equipamiento asistencial.

En el edificio del PAC hay humedades y la falta de ventilación hace que en verano tengan que soportar unas temperaturas de hasta 42 grados. Para paliar este problema el Sergas les envió ventiladores y en una de las consultas hay un ventilador de techo. Pero estos electrodomésticos lo único que hacen es esparcir por toda la estancia los virus que traen los pacientes.

La zona del PAC, que atiende a usuarios de los municipios de Vilagacía de Arousa, Vilanova de Arousa y Catoria, es tan obsoleta que hay ventanas que no cierran y otras dan a la calle desde donde cualquiera puede ver el servicio asistencial que prestan los médicos y enfermeras de urgencias. El personal lleva mucho tiempo reclamando mejoras y denunciando la situación. La única respuesta que recibió fue el envío de unas cortinas esta semana.

Otro de los problemas de los que se quejan es que, debido a que en Vilagarcía no existe una ambulancia medicalizada o UVI móvil, en cada emergencia que tienen que atender el médico sale con un bolso grande y pesado y el monitor desfibrilador. Solicitaron el envío de una mochilla para poder cargar los equipos mejor, pero tampoco han tenido suerte con esta gestión, ya que el Sergas continúa haciendo oídos sordos.

El listado de las reclamaciones es muy extenso: además de las humedades, los pisos son viejos, hace tiempo que no se han pintado las instalaciones, en una de las consultas hay una mesa con patas oxidadas, las camillas son antiguas (solo hay una nueva en todo en PAC), los boxes del área de enfermería no tienen privacidad, el cuarto del trabajador de servicios generales PSX, que atiende al público no tiene ventilación y su ventanilla está totalmente desprotegida, y también la puerta de acceso al servicio se puede abrir de un solo empujón.

Este servicio contó con guardia de seguridad hasta 2011, pero los recortes del Sergas afectaron a la vigilancia, por lo que ahora los trabajadores que hacen guardias de 24 horas están desprotegidos ante posibles agresiones.

Si la zona de atención a pacientes es obsoleta y deficiente, con una sala de espera estrecha y sin posibilidad de poder realizar triaje para atender los casos más urgentes, la zona privada para uso de los profesionales de guardia no es mejor. En la cama de una de las habitaciones hay una colchoneta de gimnasia que hace imposible el descanso. Tienen una salita con unos sillones viejos con fundas donde se crían pulgas y en los armarios del fregadero hay ratones. Los cuartos de baño también son viejos, tanto los que están a disposición del público en general como los que son de uso de los trabajadores.