| Es evidente que la necesidad aprieta y que cuando las cosas se tuercen demasiado es mejor olvidarse de los enfrentamientos y unir fuerzas. Esta es la conclusión que puede extraerse tras el incendio de ayer en Fontecarmoa (Vilagarcía), donde Bombeiros y el Servicio Municipal de Emergencias y Protección Civil se olvidaron de su vieja rivalidad e incluso compartieron manguera. Este foco afectó a diversas fincas privadas cubiertas de maleza. Fue más el susto que las pérdidas sufridas. De este incendio, como también de todos los demás ocurridos desde el domingo, hay que destacar igualmente la colaboración prestada por los vecinos. Provistos de mangueras y ramas han tratado de colaborar en la medida de sus posibilidades con los equipos de emergencias municipales, servicios de bomberos y efectivos desplazados por la Consellería do Medio Rural.