Los fuegos registrados desde la noche del domingo en los municipios bañados por la ría, tanto los de O Salnés (Arousa Sur) como los de Barbanza (Arousa Norte) dejan un balance provisional de alrededor de 450 hectáreas de superficie calcinada, mayormente monte y en gran parte de la extensión plantaciones de pinos, muchas de las cuales obedecían a repoblaciones realizadas tras los incendios de 2006.

Los focos más destacados, como se explicaba ayer, se registraron en Caldas-Vilagarcía, Leiro (Rianxo) y Carreira (Ribeira), pero a ellos se sumaron otros muchos incendios de menor calado, los considerados conatos, como los vividos el lunes en Castrelo (Cambados) y Meis, este último reactivado ayer, cuando también ardió en lugares de Vilagarcía alejados del foco de Xiabre, como O Sixto y Sobradelo-Fontecarmoa, y en Meaño, donde hubo un incendio urbano -a causa de una sartén en una cocina- y otro forestal, declarado a última hora.

Se trata de uno de los peores registros de los últimos tiempos, sobre todo teniendo en cuenta que esa importante extensión fue alcanzada por las llamas en apenas 48 horas, por lo que muchos se acuerdan de la trágica oleada de incendios vivida hace una década en la comarca.

Con este balance aún provisional, y a la espera de que se produzcan los nuevos incendios que todos parecen temer, puede hablarse ya de un significativo desastre ecológico en ambas orillas de la ría, de forma que en unos casos se han vista afectadas grandes extensiones de superficie maderera y en otros se han quemado espacios naturales protegidos, sin olvidar los daños causados en bienes privados.

El fuego más importante de esta semana, y del presente verano, se registró en Caldas y Vilagarcía. Comenzó en el primero de los municipios, y más concretamente en Saiar, donde los incendios suelen repetirse prácticamente cada verano.

Se originó a las 15.51 horas del lunes y rápidamente se extendió por Castroagudín y otros puntos de la parroquia vilagarciana de Cea, además de avanzar durante la madrugada de ayer hasta el entorno de Rubiáns, después de cruzar carreteras e incluso vías de circulación de alta capacidad.

Pero el intenso viento de componente noreste dificultó las labores de extinción y permitió que este incendio avanzara con rapidez, obligando a desalojar viviendas e industrias a su paso por la localidad vilagarciana.

La Consellería de Medio Rural explicaba a la una de la tarde que la "Situación 2" había sido desactivada, dado que ya no corrían peligro la viviendas, y aseguraba que a las 11.45 horas el fuego había quedado "estabilizado", aunque ni mucho menos extinguido, y así seguían las cosas a las ocho de la tarde.

En el control del mismo trabajaron tres técnicos, 16 agentes, 36 brigadas, 17 motobombas, dos palas excavadoras -encargadas de abrir paso a los demás vehículos a través del monte y trazar cortafuegos-, un tractor, once helicópteros y dos hidroaviones.

Sin olvidar a los equipos de emergencias municipales, bomberos, Unidad Militar de Emergencias (UME) y Policía Montada.

Junto a este espectacular fuego en la orilla sur de la ría destacó el registrado en la parroquia ribeirense de Carreira, "extinguido" ayer a las 11.00 horas e iniciado a las 00.30 horas del lunes. Se llevó por delante casi 82 hectáreas arboladas, 26 de las cuales pertenecen al Parque Natural das Dunas de Corrubedo e Lagoas de Carregal e Vixán.

El balance realizado por Medio Rural dice que en este caso actuaron un técnico, catorce agentes, 27 brigadas, 22 motobombas, cuatro palas, tres helicópteros y dos aviones.

También en Ribeira, a las 18.50 horas del lunes quedaba extinguido el incendio declarado en la madrugada de ese mismo día en la parroquia de Olveira, este con una superficie de 13 hectáreas quemadas, cuatro de ellas arboladas y las demás de monte raso.

Se desarrolló íntegramente en el Parque Natural de Corrubedo y obligó a la participación de seis agentes, cinco brigadas y cuatro motobombas.

No puede dejarse de lado tampoco el incendio que empezaba a las 21.42 horas del domingo en Leiro (Rianxo) y se extinguía a las 20.00 horas del lunes.

Fue el primero de esta oleada, y con este episodio pareció inaugurarse la "temporada negra" de los montes arousanos.

En Rianxo, donde intervinieron un helicóptero, dos palas, diez motobombas, 18 brigadas, siete agentes y un técnico ardieron una treintena de hectáreas, 25 de ellas con arbolado.

Con todos estos datos en la mano solo puede concluirse que los incendios parecen claramente provocados por la mano del hombre y que el abandono del monte y la fuerza del viento solo han servido para acelerar la velocidad de las llamas e incrementar la superficie arrasada.

Y eso a pesar del espectacular despliegue de medios, ya que si se suman todos los operativos se deduce que participaron una quincena de helicópteros, cuatro hidroaviones, medio centenar de motobombas, 83 brigadas y 39 agentes.