Las condiciones meteorológicas actuales impiden el desarrollo de plagas y enfermedades en el viñedo, pero también es cierto que los golpes de calor pueden causar estragos, sobre todo si las plantas y racimos no están convenientemente aireados.

Es por ello que los técnicos de la Estación Fitopatológica de Areeiro (EFA), que llevan semanas advirtiendo de ello, insisten en que los riesgos que entraña una vegetación excesiva son muchos, y al mismo tiempo señalan que aún quedan fincas donde se aprecia este problema.

"Ya no es lo más frecuente pero todavía se ven fincas con un exceso de vegetación, por lo que se recuerda la conveniencia de eliminar los brotes y las hojas sobrantes", manifiestan los técnicos en su último boletín informativo.

Y añaden que "estas labores nunca deben realizarse en condiciones de temperaturas demasiado elevadas, debiendo ser muy cuidadosos en caso de los racimos orientados al sur para evitar su sobreexposición al sol".

En cuanto a plagas como el oidio, apuntan que "con la proximidad del envero, que sin duda se acelerará con las altas temperaturas previstas, ya no se esperan daños importantes a la uva, por lo que solo es aconsejable realizar un último tratamiento dirigido al racimo en aquellas variedades muy sensibles sobre las que continúen apareciendo síntomas".

Asimismo, "con la permanencia de tiempo estable y temperaturas muy elevadas" se reduce el riesgo de aparición de mildiu, "pero en las fincas previamente afectadas donde empiecen a manifestarse síntomas es conveniente aplicar una última intervención frente a esta enfermedad, especialmente si estos síntomas aparecen de forma generalizada", aclaran en la EFA.

Hay que tener en cuenta que "puede esperarse la aparición de nuevos síntomas en los crecimientos no protegidos en aquellas fincas en que el período de protección del tratamiento anterior esté próximo a concluir, y también podrían aparecer algunos daños en racimos donde no se haya controlado adecuadamente los síntomas anteriores".

Otra enfermedad importante es la botritis, pero las tímidas lluvias del jueves pasado no le dan opción alguna. Los especialistas creen que dichas precipitaciones "no han sido suficientes para generar una situación de riesgo", tras lo cual insisten en que "la sanidad de los racimos es el factor más importante para limitar las infecciones por este patógeno, pues también requiere heridas o microlesiones para la contaminación".

Por último recomiendan extremar las precauciones con los insecticidas que se apliquen en las viñas, ya que en ellas "hay un complejo bastante importante de insectos y ácaros útiles que pueden ser eliminados con las aplicaciones continuadas" de productos.