GALERÍA | Un vecino de Saiar intenta sofocar las llamas con una manguera. // Noé Parga

Hasta ahora habían sido pequeños focos o incendios fácilmente controlables, pero lo sucedido desde el domingo por la noche es mucho peor. La temporada grande del fuego en el monte parece haber llegado a la ría, afectando tanto a la comarca de O Salnés (Arousa Sur) como a Barbanza (Arousa Norte) -donde ya sufrieron de lo lindo en julio- y Caldas.

La preocupación va en aumento en una y otra orilla de la ría, sobre todo tras la magnitud alcanzada por las llamas en los municipios de Vilagarcía, Rianxo y Ribeira en solo 24 horas, pues se trataría de más de 200 hectáreas calcinadas.

En incendio que ayer por la tarde afectó a Caldas y Vilagarcía en el Monte Xiabre, pero sobre todo al segundo de los municipios citados, permanecía activo al cierre de esta edición después de haber quemado más de 100 hectáreas de monte.

Y no solo eso, sino que las llamas que se creían controladas a la altura del polígono industrial habían cruzado la carretera Caldas-Vilagarcía y avanzaban hacia el campo de golf, al tiempo que en las laderas de Xiabre se apreciaban hasta siete focos diferentes.

Todo esto obligó a evacuar una decena de viviendas en Castroagudín -varias familias se negaron a abandonar las casas- y otras tantas industrias asentadas en el parque empresarial de O Pousadoiro, además de ser atendidos por los servicios médicos algunos vecinos con síntomas de intoxicación provocada por la intensa humareda.

En definitiva, que el incendio originado en Saiar pero desarrollado casi íntegramente en Vilagarcía desató el caos en el municipio, para asombro de todos cuantos vieron cómo el denso humo negro cubría la ciudad.

El alcalde, Alberto Varela, resumía para FARO la situación a las once la noche, consciente de que se trata del mayor desastre ecológico desde que es regidor.

"En Castroagudín todo empieza a estar controlado, aunque quedan los rescoldos, pero las viviendas parecen a salvo -argumentaba el primer edil-; en el polígono industrial también se evitó que ardieran las naves, aunque ahora el fuego cruzó la carretera y no sabemos qué puede suceder".

De cualquier modo "los equipos de emergencias me dicen que a lo largo de la noche podrán hacerse con la situación".

El propio alcalde confirma la existencia de "varias personas atendidas por intoxicación" y evacuadas en ambulancia.

Asimismo, tras analizar lo ocurrido con la conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez, en relación con éste y demás incendios acaecidos ayer en Galicia -se produjo otro casi simultáneamente en Cotobade-, el alcalde vilagarciano concluye que "lo más lógico es pensar que este tipo de fuegos son provocados".

Hay que tener en cuenta que el domingo por la noche se originaba un formidable incendio forestal en el rianxeiro Monte da Pena y de madrugada comenzaban los de Carreira y Olveira, en el Concello de Ribeira, mientras que ayer a las cuatro de la tarde las llamas empezaron a atacar con dureza el Monte Xiabre, como se ha explicado anteriormente.

Aunque su origen estuvo en Saiar (Caldas), el fuego se extendió inmediatamente por las laderas en las que se ubican Castroagudín (parroquia de Cea) y otros lugares de Vilagarcía.

La inmensa columna de humo, visible desde toda la ría -parece que con el viento incluso llegaron cenizas a O Grove-, daba cuenta de la magnitud del suceso, de ahí que rápidamente se desplazaran al lugar un par de hidroaviones y una decena de helicópteros, además de los equipos de extinción terrestres.

La Consellería de Medio Rural habla de 14 brigadas, seis motobombas, dos palas, un tractor, cinco agentes y un técnico, a lo que hay que sumar a los vecinos a título particular que se incorporaron a las tareas de extinción.

Sin olvidar al Servicio de Emergencias y Protección Civil, Bomberos y a los representantes de las comunidades de montes de Caldas y Vilagarcía, que un verano más ven arruinadas sus propiedades forestales.

También participaron, y su presencia resultó especialmente llamativa, efectivos de la Policía Montada, es decir, agentes de Policía Nacional que ensillaron sus caballos en Castroagudín y se sumaron a fondo en los trabajos.

No es que se desplazaran expresamente, sino que la casualidad quiso que ayer les tocara patrullar en Xiabre, y cuando llegaron se toparon con el monstruo de fuego.

A última hora de la tarde incluso se desplazaron a Xiabre para sumarse al dispositivo de intervención, cuando los medios aéreos tenían que retirarse, 25 integrantes y ocho vehículos de la Unidad Militar de Emergencias (UME).

Pero semejante despliegue servía de poco, y ni siquiera el frenético ir y venir de las aeronaves era capaz de frenar el avance de las llamas, avivadas por el fuerte viento del norte, de ahí que fuera preciso desalojar las viviendas en Castroagudín y el polígono del Pousadoiro.

La incertidumbre se mantenía pasada la media noche, con la esperanza de que el viento se calmara por completo y las llamas pudieran ser controladas por completo.