Con los votos de 11 de los 13 socios asistentes a la asamblea general extraordinaria para elegir al nuevo presidente del Liceo Casino la convocatoria quedó anulada a expensas de que la directiva informe a los socios de forma exhaustiva sobre la situación económica de la entidad. Fue José Luis Blanco, con una antigüedad de 53 años como asociado, quien planteó esta posibilidad aduciendo que nadie presentaría su candidatura a dirigir el Liceo sin antes saber cómo están sus cuentas. "Esta antes era una sociedad de prestigio, pero ahora dicen cosas por la calle que da vergüenza", dijo Blanco, que hizo saber su postura como cuestión previa, antes de que ni siquiera se diese lectura al acta anterior, único punto del orden del día junto a la elección del presidente. La única candidatura que se había presentado hasta la fallida asamblea de ayer era la del actual máximo directivo, Antonio Castro. "Yo estaría encantado de que apareciese un solo candidato" para poder dejar el cargo, sentenció Castro.

"Este orden del día no es adecuado, es reírse de nosotros", manifestó José Luis Blanco inmediatamente antes de solicitar el aplazamiento de la asamblea. Aseguró que no procedía la elección del presidente sin antes analizar en detalle "la situación económica de la entidad". "Se expuso hace tres meses", le replicó Antonio Castro. Pero aún así la mecha estaba encendida y, a pesar de que otro socio y también el secretario de la sociedad defendían la opción de seguir con la reunión y días después hablar sobre economía, la asamblea no llegó a celebrarse. "En estos tres meses la situación varió. Se dicen cosas en la calle de vergüenza. Que se explique claramente cuál es la situación del personal", insistía Blanco. Están "de baja por depresión", informó el todavía presidente, que llegó al cargo en verano del año 2012, tomando el relevo de Alfonso Saavedra. "Hay gente contratada por unas horas" mientras los primeros no se reincorporan, añadió. A estas alturas apenas nueve socios seguían la sesión extraordinaria, a medida que fue avanzando llegaron otros cuatro más, hasta sumar trece. Un pobre seguimiento del día a día de la entidad.

Mientras José Luis Blanco incidía en pedir "la situación económica detallada punto por punto", Castro daba la palabra al secretario diciendo que "desconozco si se puede hacer (suspender la asamblea)". "El orden del día hay que respetarlo a rajatabla", decía el secretario. Convocar de nuevo a todos los asociados "es gastar más dinero". Pero acto seguido el máximo directivo lo corregía y afirmaba que "si los que están aquí dicen que se suspenda y se convoque una asamblea sobre la situación económica, yo no voy a poner ningún inconveniente".

El debate se alargó durante minutos, con el presidente calificando como "triste" que "nadie se haya presentado" como candidato, y José Luis Blanco apuntando que "nadie puede hacerlo porque no se sabe la situación" del Liceo Casino. "El que quisiera presentarse debería acudir a las oficinas, preguntar y se le informaría sin ningún impedimento, hubo tiempo de sobra", continuaba Antonio Castro. La discusión entraba en bucle y sin visos de llegar a entendimiento, por lo que se votó y la suspensión de la reunión fue la opción elegida por 11 de los 13 presentes.

Situación "difícil"

Castro reconocía en el mes de julio a Faro de Vigo que "la situación es difícil y hay que plantearse algunas reformas serias. Una de las posibilidades que se han valorado seriamente es la de mudarnos a una ubicación más económica. Hay que pensar que donde estamos ahora es una planta de 1.200 metros cuadrados y necesitamos tres conserjes. Solo en sueldos ahí ya se nos va mucho dinero". Aunque sostiene que "la supervivencia" de la entidad está garantizada, lo cierto es que un banco les reclama 125.000 euros, y el Puerto 80.000 por el frustrado proyecto del puerto deportivo, y eso les impide recibir subvenciones. Y la pérdida de socios no permite ingresar mucho. El Liceo Casino cuenta actualmente con poco más de 340 socios, pero en sus años de esplendor llegaron a ser 2.000.