La escuela de verano de atletismo que organiza la Agrupación Atlética Mazí tuvo ayer la visita de dos nombres propios en el circuito autonómico. El prestigioso entrenador Santi Ferrer y la prometedora atleta Claudia Puig mostraron su enorme capacidad para acercar a los niños sus primeras nociones sobre el lanzamiento de jabalina.

Resultó una mañana de lo más divertido. Prácticamente desde la primera lección los alumnos ya quedaron prendados del encanto de la jabalina, pero había que ir por partes. El primer paso fue el familiarizarse con el objeto. Para ello, se desarrollaron diversos ejercicios de coordinación y estiramientos.

Santi Ferrer estuvo atento a cualquier detalle de una sesión que tuvo que dividirse en dos grupos de trabajo. La sensibilidad de la disciplina obligada y primero fueron los más pequeños los que se divirtieron al máximo con el entrenamiento. El material adaptado para iniciarse en los lanzamientos aumentó varios grados el interés puesto por los niños.

La didáctica empleada también ayudó al éxito del entrenamiento. Ferrer incidió muy mucho en el aspecto técnico y de equilibrio del lanzador. Para ello empleó una pelotas de iniciación con peso. Con ellas comenzaron a trabajar sobre los aspectos a seguir en el desarrollo de la habilidad. Desde el talonamiento de los pasos para el impulso hasta el momento en el que se suelta el objeto.

Aún estaba por llegar el momento más entretenido de la sesión. Todo arrancó con la aparición de las boyas torpedo que sustituían a las jabalinas en el caso de los más pequeños. Con forma de jabalina, pero sin ningún tipo de riesgo para sus usuarios, las boyas volaron una y otra vez por el cielo de Fontecarmoa. Además durante su vuelo emitían un pitido que alertaba de su presencia, una cuestión que despertaba las carcajadas de todos los que allí participaban.

Ese sonido característico incluso servía de estímulo para los precoces lanzadores puesto que cuanto más tiempo lograban mantener la boya torpedo en el aire más tiempo duraba el sonido. Ello contribuyó a que algunos fijasen ayer sus primeras mejores marcas.

Luego fue el turno de los mayores. Claudia Puig, quien logró el bronce en la especialidad en el último Campeonato de España júnior, ejerció de perfecto modelo para los más avanzados. Incluso Lara Costa, lanzadora del Atlética Mazí, también se prestó a instruir a los alumnos en un arte tan ancestral.

Hoy tocará otra vez lanzar, aunque en este caso se trabajará con el martillo. La presencia de José Manuel Hermida servirá de guía para seguir formándose en el atletismo ahora que estamos en tiempo de Juegos Olímpicos.