Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

"La rama dorada", poesía fotográfica de Vilariño

Instantáneas de naturaleza muerta dominadas por la melancolía

El fotógrafo posando con una de sus instantáneas. // Iñaki Abella

Nacido en A Coruña hace sesenta y cuatro años y Premio Nacional de Fotografía 2007, Manuel Vilariño es un artista en contacto permanente con la naturaleza, cuyo fondo poético y su constante actitud contemplativa otorgan a su trabajo unas características muy personales: austero, sosegado, algo dramático.

Pronto se lanzó a la experimentación con la forma y el color logrando una fotografía abstracta cargada de personalidad. Sin embargo, poco a poco su interés por la poesía y el misticismo oriental le llevaron a convertirse en el grande de la naturaleza muerta que es hoy. Fotógrafo y poeta, pintor e inventor de realidades, su obra transcurre entre los cauces de lo salvaje y aspectos de cariz cultural; el tiempo, la soledad, la vida y la muerte son una constante en su fotografía. Conceptos que refleja a través de imágenes evocadoras protagonizadas por animales (lagartos, aves), acompañados a veces de otros elementos alegóricos como calaveras, frutas, velas o herramientas.

Manuel Vilariño expone en el Pazo de Torrado de Cambados la muestra "La rama dorada". En ella, se recogen sus fotografías más conocidas, en todo tipo de formatos, dominados por la melancolía que se apropió de su estado de ánimo cuando concibió la muestra. "Lo que intento con mi obra es mirar a través de los ojos de un animal que siente, contempla, vive: mirada frontal y escucha extrema", comenta Vilariño mientras describe cómo fue su infancia en aquella "Galicia salvaje, conviviendo con animales salvajes y cráneos, esqueletos y osamentas de caballos por el suelo".

Desde su particular visión de los animales, los paisajes y las naturalezas muertas, hasta la representación de la melancolía y la muerte, "La rama dorada" revela los aspectos más destacados de la estética de Vilariño, donde subyace siempre un fondo poético y una actitud contemplativa. Toda la muestra gira en torno al "Paraíso Fragmentado", un colorista políptico de animales muertos en el que pájaros y reptiles principalmente aparecen representados como túmulos boca arriba mostrando su alma".

"Es la exposición de un artista al que le preocupa más la poética de la fotografía que su técnica" comentó uno de los asistentes a la inauguración. Algo que no solo no es fácil, sino que principalmente es extraordinario". Por esto, en la fotografía de Manuel Vilariño no hay atajos. Solo verdad.

Compartir el artículo

stats