Francisco Muñiz e Hijos es una sociedad anónima que se encuentra entre los primeros puestos en cuanto a innovación. Su gerente, Víctor Muñiz, considera que esto se debe a las inversiones realizadas desde 2011 en la factoría con el apoyo económico de la Xunta de Galicia, y que les ha permitido instalar desde una clasificadora de pescado capaz de procesar hasta 20.000 kilos de producto cada hora, hasta un sistema de congelación por inmersión a 20 grados bajo cero denominado IQF, que son las siglas de Individual Quick Freezing.
Muñiz, que es tataranieto de los creadores del negocio de compraventa de pescados (aunque el Francisco Muñiz del nombre de la empresa es su abuelo) apunta asimismo que han instalado 1.500 placas fotovoltaicas, que les producen un 20 por ciento de la energía eléctrica de que se abastece la planta.
La tradición empresarial de esta familia se remonta a 1913, cuando los tatarabuelos de los actuales responsables de la firma (cuya marca comercial es Pescados Vixa, en alusión al sobrenombre de una rama de la familia) se dedicaban a la venta ambulante de los productos comprados antes en las plazas de abastos.
Era un trabajo duro y sacrificado, pues había que dedicarle mucho tiempo y viajar constantemente en una época en que tanto los vehículos como las vías de comunicación eran muy deficientes, pero por esto mismo las posibilidades de encontrar demanda para su mercancía eran elevadas.
La empresa con su denominación actual se remonta a 1988. Se da la circunstancia de que Víctor Muñiz desconocía ayer que Ardán les había incluido en su prestigioso informe.
