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La Festa da Navalla supera las 3.000 raciones vendidas

La octava edición atrajo al comedor de A Illa a cerca de 10.000 personas en tres días

El total de las raciones vendidas de todos los productos superó las 20.000 unidades. // I. Abella

Éxito sin precedentes el de la Festa da Navalla. La octava edición se convirtió en la más multitudinaria de todas las realizadas hasta la fecha. El desfile de comensales por el comedor de la zona de O Cantiño rondó la cifra de 10.000 personas a lo largo de los tres días del evento que abre el curso gastronómico estival en A Illa de Arousa.

La sección de baloncesto de la Asociación Cultural y Deportiva Dorna fue la encargada de la organización en esta edición recibiendo únicamente críticas positivas, tanto por la calidad del producto como por la atención y el servicio prestado. Cabe reseñar que cerca de un centenar de personas vinculadas a la entidad se afanaron en cuidar hasta el último detalle.

El ritmo en las cocinas y en la venta de tickets volvió a ser altísimo durante la jornada de ayer. Desde las 12.30 horas hasta cerca de las cuatro de la tarde no se detuvo ni un minuto la actividad. La navaja, como no podía ser menos, fue el producto más demandado superándose con creces las 3.000 raciones vendidas a lo largo de los tres días de la fiesta.

Las cuatro planchas, solo dedicadas a la preparación del bivalvo en O Cantiño, no pararon de trabajar desde el mediodía del pasado sábado. De los 1.300 kilos disponibles para afrontar la fiesta a última hora de la tarde de ayer solo quedaban 100 kilos para su preparación. El mejillón y la paella fueron otros de los platos que contaron con la masiva aceptación de los comensales.

Desde la organización apuntan que el total de las raciones vendidas, no solo de navaja sino de las demás ofertas de la carta, ha superado las 20.000 raciones. Ese altísimo volumen ha supuesto, por otra parte, la implicación absoluta de cerca de un centenar de personas vinculadas al club de baloncesto de A Illa.

Con una capacidad para un millar de personas, el comedor fue toda una rotación continua de gente durante las horas punta. En la fluidez de los servicios también jugó un papel capital la colaboración de los jugadores del Dorna, que se encargaron de recoger y limpiar todas y cada una de las mesas cuando se sentaban nuevos comensales.

Manuel Poza, entrenador del primer equipo del club, apuntó también que "no hubo ni una sola queja del servicio. Se trata de producto de la ría y en un comedor con vistas al mar. Todo el mundo se iba encantado y muchos repitieron más de un día".

Una de las anécdotas de esta edición es que tan buen recuerdo se llevaron algunos turistas extranjeros que solicitaron a la organización las camisetas que ellos llevaban para lucir con orgullo. Las peticiones vinieron de argentinos, venezolanos e incluso de estadounidenses, a los cuales se les hará llegar las camisetas puesto que la organización no disponía de stock.

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