Cientos de usuarios de la playa de A Lanzada, en O Grove, se ven obligados a aparcar en las cunetas o en el perímetro de las rotondas los días en que, como ha ocurrido entre el sábado y ayer lunes, la afluencia de bañistas es tal que el aparcamiento central se llena prácticamente desde la hora de la comida. Este aparcamiento tiene capacidad para unos 900 vehículos, y la saturación es tal los fines de semana y festivos con meteorología propicia que los conductores intentan aprovechar hasta el último hueco disponible.

De hecho, no es raro ver coches aparcados parcialmente en la plaza que está reservada para las ambulancias y vehículos de emergencias, o incluso sobre la parte exterior del cordón dunar. Una opción esta última que ya le ha supuesto a más de un bañista multas del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, pues se trata de una zona protegida.

La clase política grovense admite que se trata de un problema de difícil solución, y de hecho ningún partido ha presentado una propuesta concreta y clara para intentar resolver la carencia. Los terrenos son de Costas, y al formar parte del Complejo Intermareal Umia-O Grove las posibilidades para pavimentar una explanada son prácticamente nulas.

De hecho, el problema para aparcar en A Lanzada en las jornadas multitudinarias no se circunscribe únicamente a la parte central del arenal, sino que también se percibe en la zona de Noalla -la que ya pertenece al término municipal de Sanxenxo- y en la del antiguo "sanatorio", donde ahora se encuentra la pousada. El respiro, en esa zona, es que se puede aparcar en el arcén, lo cual resulta más cómodo para los conductores, pero que compromete igualmente la seguridad vial en ese tramo de la carretera.

De hecho, en días como el domingo o ayer, la fila de vehículos puede llegar cerca de San Vicente.

Más de 30 grados

El ambiente en las playas grovense fue espectacular los dos últimos días. El fin de semana largo por la celebración del Apóstol en lunes y las buenas temperaturas propiciaron que las playas de O Grove recibiesen a miles de persona. Meteogalicia registró a media tarde del domingo una máxima de 33,8 grados, y ayer se quedó en 32,7.

Se da la circunstancia de que el Concello habilitó precisamente durante el fin de semana el servicio de socorristas en sus principales arenales, pues había empezado el verano sin disponer de estos trabajadores en todos. Varios municipios han tenido muchas dificultades para encontrar vigilantes este verano, y de hecho hubo algunos, como el de Miño, en A Coruña, que incluso renunciaron a las banderas azules por no poder contratarlos. O Grove también renunció, pero como protesta por la concesión conjunta con Sanxenxo de la bandera de A Lanzada.