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Los niños también tienen su día

A Illa dedica la víspera del día grande de sus fiestas del Carmen a la población infantil con juegos hinchables y un futbolín humano

Saltar en los hinchables es la mayor ilusión infantil. // Iñaki Abella

A Illa vive unos días de intenso ajetreo festivo. La localidad está inmersa desde el miércoles en un frenesí de actividades, que comenzaron con la Festa dos Quintos, que simboliza de alguna manera el paso de los adolescentes a la edad adulta, y que siguió con el San Ramón, una cita de carácter más familiar, en la que cientos de vecinos se dan cita en el monte para tomarse una buena "churrascada".

Apenas 24 horas después de esa romería campestre, A Illa se ha vuelto a encomendar a un santo para dar rienda suelta a sus ganas de celebración. San Roque fue el que tomó el protagonismo dentro del programa de las Festas do Carme, para convertir las calles de la localidad en el punto de encuentro para la diversión de vecinos y visitantes durante la tarde de ayer.

Los hinchables camparon a sus anchas en Ribeira do Chazo. Allí la empresa Animación Pekexogo surtió de todo tipo de figuras con el aire como cimiento para el disfrute de los niños. El intenso calor de la jornada, con los termómetros instalados por encima de los 30 grados, motivó que hubiese momentos en que los juegos estuviesen vacíos, pero en cuanto la brisa hacía acto de presencia los niños corrían a disfrutar de nuevo sobre las colchonetas. Entre los juegos más solicitados por los niños se encontraban el futbolín humano o el toro mecánico.

Virgen del Carmen

El día grande de las fiestas es hoy, en una jornada dedicada a la Virgen del Carmen, a la que se le guarda en A Illa una gran devoción. La salida de la imagen hacia la lonja, a hombros de 70 marineros vestidos con impecables trajes blancos, es a las 11 de la mañana. Allí tendrá lugar una misa de campaña. A continuación, la Virgen se embarcará en el muelle de O Cantiño, para comenzar una navegación de varias millas hasta un punto del canal donde hace un tiempo se hundió una embarcación de A Illa. Será ahí donde se arrojen las flores al mar desde el barco de la Virgen, mientras que los otros harán sonar sus bocinas simultáneamente.

La procesión termina en el muelle de O Campo, donde desembarca la imagen, que vuelve en procesión después a la iglesia parroquial. La fiesta termina con la verbena y los fuegos artificiales.

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