El futuro del puente interprovincial que une los municipios de Catoira y Rianxo, tanto en lo que a su titularidad se refiere como al calamitoso estado que presenta, se debate la próxima semana en una reunión a cuatro bandas en la que participarán los dos ayuntamientos afectados y las diputaciones de Pontevedra y A Coruña, actuales responsables de la infraestructura. No estará, en cambio, ningún representante de la Xunta de Galicia, administración a la que reivindican desde hace años que asuma la titularidad del viaducto y su mantenimiento. El encuentro está auspiciado por el diputado de Movilidad del organismo provincial de Pontevedra, Uxío Benítez, que ayer visitó Catoira y, acompañado por el alcalde, Alberto García, recorrió el puente para comprobar in situ su situación. Benítez fue testigo de la "gran cantidad de tráfico que atraviesa el viaducto", sobre todo de camiones de grandes dimensiones que transportan mercancías portuarias. "Entendemos que esta infraestructura da servicio a carreteras estatales, a la autopista y a las autovías autonómicas. Conecta la red viaria de la Xunta, por lo que no tiene sentido que el mantenimiento esté a cargo de las diputaciones y los ayuntamientos", incide el diputado pontevedrés.

Así, en la reunión de la próxima semana, cuatro de las cinco partes implicadas analizarán "la posibilidad de que el viaducto pueda ser transferido a la Xunta". Uxío Benítez afirma que "estamos trabajando para buscar una solución a una demanda histórica" y "entendemos que la Xunta debe ser receptiva a la petición de transferencia y que podamos estudiar en conjunto la viabilidad y las condiciones del posible traspaso de titularidad". El responsable de Movilidad en la Diputación se desplazó a Catoira después de que el alcalde le trasladara la situación del puente como una de sus prioridades. Así, Benítez se puso en contacto con el resto de interlocutores para "fijar un planteamiento común de las cuatro administraciones para hacérsela llegar después a los responsables de infraestructuras en el gobierno autonómico".

Reparado de forma integral en 2004, este puente crucial para la comunicación por carretera entre la comarca de O Barbanza y la provincia de Pontevedra presenta un estado deplorable que se ha agravado con el paso de los años. Las reparaciones que se hicieron en él fueron de poco calado, ya fuera porque las dos Diputaciones lograban un consenso o que los concellos de Catoira y Rianxo no disponían de recursos para acometer obras mayores. La capa de rodadura está en pésimas condiciones y en el asfalto se forman bolsas de agua y baches ya que algunos de los pilares que soportan la estructura se han hundido levemente. Las juntas de dilatación, que ya fueron reparadas en varias ocasiones presentan un estado lamentable formando agujeros de un lado a otro del puente. Sobre algunas se aplicó una gruesa capa de asfalto y se colocó una chapa metálica, formándose un badén que constituye un verdadero peligro y ya ha causado varios accidentes. Sin olvidar la deficiente iluminación, ya que el alumbrado instalado en uno de los laterales de la carreta no funciona y elementos de algunas farolas incluso han desaparecido.