Un alabastro de la Santísima Trinidad que existe en Vilanova demuestra que las relaciones comerciales en la Edad Moderna eran mucho más amplias de lo que en un principio se puede imaginar. Así lo explicó ayer la investigadora vilanovesa Alicia Padín en el curso de Historia que se celebra en el pazo de Vista Real. Elaborado en los talleres del entorno de la ciudad de Nottingham, en Inglaterra, ese alabastro luce desde hace años en la iglesia de San Cibrán de Vilanova, convirtiéndose en uno de los pocos que se conservan en Galicia.
Una de las grandes dudas es cómo pudo llegar ese alabastro a Vilanova, donde ya existe documentación sobre su presencia en el año 1543. Las teorías que esgrime la investigadora vilanovesa son que pudo ser vendido por un comerciante o utilizado por un peregrino inglés para costearse su viaje hasta Santiago. Lo más probable es que la figura llegase a Galicia por los muelles de A Coruña o Pontevedra, donde habría sido adquirido por el propietario de una de las capillas de la antigua iglesia de Cálago en el siglo XVI.
En ese espacio permaneció durante años, hasta que su deterioro, especialmente en la policromía, obligó a su retirada. Al tratarse de un elemento sagrado, se enterró en el atrio de la propia iglesia de Cálago, donde volvió a ser redescubierto en el siglo XIX y trasladado, finalmente, a su lugar actual.
Además de Padín, en el curso también intervino Iria Blanco Rey, que realizó un recorrido por las imágenes "marginales" de los templos religiosos, es decir, aquellas que se sitúan en el exterior de las edificaciones, sobre todo en los canutillos o los capiteles. Motivos animales, vegetales o humanos son una constante en ellas, sobre todo estas últimas, que se utilizaban como ejemplo de lo que no se debía hacer para mantener una vida piadosa. Es el caso de las múltiples figuras con alusiones sexuales que figuran en iglesias como la catedral de Santiago y otras.
La jornada finalizó con una visita al pazo de Fefiñáns, en Cambados. Como guía ejerció Maribel Iglesias, doctora en Historia da Arte y profesora de enseñanza secundaria en el IES Francisco Asorey. La visita arrancó en la emblemática torre del homenaje del pazo, construido entre los siglos XVI y XVII, Iglesias demostró los conocimientos que posee sobre el pazo y la genealogía de sus propietarios. La visita incluyó visitas a estancias prácticamente desconocidas y a los jardines del pazo.
