Una antigua pila bautismal de alabastro, una piedra parecida al mármol, tirada y con el pedestal medio enterrado en la tierra llama la atención en un lateral de la iglesia parroquial de Bamio. No a los habituales del templo, ya que el recipiente lleva años a la intemperie por iniciativa de uno de los párrocos que pasaron por la parroquia. El cura decidió prescindir de la vieja pila bautismal para sustituirla por una más nueva y móvil.

Un temporal de invierno con fuertes vientos acabó tirándola y allí sigue, con algunos golpes a consecuencia de la caída, con parte del pedestal ya cubierto por la tierra e incluso con riesgo de robo ya que el acceso al recinto de la iglesia está abierto. "Lleva muchos años ahí", dice el actual párroco, Leopoldo Barreiro, que reconoce que "no es el sitio en el que debería estar" un objeto de esas características. "Se colocó sin cimentación y el viento la tiró", continúa. Carece de uso alguno, aunque cuando permanecía erguida algunos feligreses la utilizaban para preparar los centros florales con los que adornar las sepulturas del cementerio.

Expuesta a las condiciones meteorológicas y a la degradación que estas producen, la comisión parroquial y la Comunidad de Montes quieren restaurar y recuperar la antigua pila. "Antes se bautizaba en ella, hace bastante tiempo", ya que después "trajeron una móvil y esa la quitaron", apunta José Manuel Miguéns, tesorero de la asociación parroquial. "Queremos restaurarla y colocarla bien" para evitar que siga deteriorándose, manteniéndola como un adorno en los alrededores de la iglesia de San Xinés.

Otras mejoras en el templo

No es el único proyecto que manejan los citados colectivos, sino que también pretenden mejorar el atrio y los exteriores del templo, sustituyendo el actual suelo de tierra por un mejor pavimento. Parte de los trabajos los sufragarán con fondos de la comunidad de montes y el resto, hasta completar un presupuesto del que todavía no disponen, lo recolectarán entre feligreses y vecinos. "Con lo que se quite del monte, que es de todos, iremos haciendo", ratifica José Manuel Miguéns, consciente de que no son buenos tiempos para cuestaciones. "No se puede apretar mucho a la gente con la crisis", de manera que este no será un proyecto inmediato sino a medio plazo.

Con anterioridad, la parroquia quiere rematar los trabajos de mejora del cementerio de Bamio, en el que ya se acometieron recientemente algunas actuaciones como los tejados. "Ahora queremos acabar con los esquinales" del camposanto, explica Miguéns, por lo que el acondicionamiento del pavimento del recinto religioso quedarán y la restauración de la pila bautismal quedarán "posiblemente para el año que viene". Mientras, si nadie pone remedio, ese pedazo del patrimonio religioso de Bamio seguirá olvidado y prácticamente abandonado en una de las puertas laterales de la iglesia, expuesta a quien quiera dañarla o incluso hurtarla y con el paso del tiempo como sinónimo de degradación.