El ictus es un accidente cerebrovascular grave. Puede originarse por la obstaculización total o parcial de una arteria del cerebro o por una hemorragia debido a la rotura de un vaso sanguíneo. Cuanto mayor sea el tiempo desde que se presentan los primeros síntomas hasta la administración del tratamiento adecuado más grave será el episodio, pues las partes del cerebro afectadas no reciben la sangre, y en consecuencia tampoco el oxígeno y los nutrientes que necesitan, por lo que en último extremo esas regiones cerebrales se "mueren".

El ictus es la primera causa de muerte en Galicia, y una de las principales de discapacidad entre los adultos. Según la Sociedad Española de Neurología, en Galicia se producen en torno a 7.000 casos nuevos de ictus cada año, con lo que su prevalencia entre la población ronda los 250 casos por cada 100.000 habitantes.

Los factores de riesgo más importantes en esta enfermedad son la edad (más frecuente en mayores de 60 años); los antecedentes personales o familiares de enfermedades cardiovasculares; la hipertensión arterial; el nivel elevado de colesterol u otros lípidos; la diabetes "mellitus"; el consumo de tabaco, alcohol u otras drogas; y el sedentarismo.

El ictus se presenta de forma brusca e inesperada, y en la campaña puesta en marcha por la Consellería de Sanidade esta semana se resumen tres de los síntomas principales de la enfermedad en tres "Fs": "fala, forza y faciana". Así, las señales de alarma serían ser incapaz de pronunciar o de entender palabras simples; ser incapaz de elevar los dos brazos a la misma altura durante diez segundos; o ser incapaz de mostrar todos los dientes al sonreír.